#100. Jailbreak - Thin Lizzy
Album: Jailbreak (1976).
Letra y música por Phil Lynott.
Lírica clave: "Break out!!!".
La segunda banda irlandesa más famosa (después de Them, claro está) estaba a punto de irse al tacho. Habían sacado cinco álbumes y no pasaba nada. La discográfica, irritada por la escasez de ventas, ya les había dado una especie de últimatum: o la pegaban o la pegaban. Como no les quedaba otra, la pegaron. Jailbreak es, siendo obvios, el Dark Side Of The Moon de Thin Lizzy y, para el caso, de todo el hard-rock y metal setentero. Puntualmente, el single que los catapultó al estrellato fue The Boys Are Back In Town, un tema pegadizo, cervecero y todo. Pero la auténtica obra maestra del álbum es, sin dudas, la pista titular. Mi pregunta es: ¿Se había escuchado un riff así en el rock con anterioridad? Está claro que para 1976, entre Hendrix, Sabbath y Ziggy Stardust, ya todo el mundo sabía bien lo que era una guitarra distorsionada; y sin embargo, esto es algo nuevo. Esa cosa crujiente, temblorosa, hasta funky, diría, sigue revoleándome la cabeza aún hoy, cuando ya no queda elemento del hard-rock que no sea cliché. La canción es simple como ella sola; ni siquiera necesita un solo de guitarra para llegar a ese clímax abrasador del medio (sí algunos efectitos de sirenas). Con su estribillo arrebatador, y oh! ese riff, Jailbreak es el sueño húmedo de cualquier banda de estadios, y un manantial natural para cualquier metalero que se precie de tal.
#99. This Town Ain't Big Enough For Both Of Us - Sparks
Album: Kimono My House (1974).
Letra y música por Ron Mael.
Lírica clave: "It's Hiroshima that you're nearing".
El hipnótico loop de sintetizador que va surgiendo desde el silencio no nos prepara para lo que viene. Nunca, aunque hayamos escuchado el tema mil veces. Metal, vaudeville, disco, glam-rock ¿Qué se supone que es esto? No hay respuesta. Lo que sí se sabe es que la melodía vocal es una cosa genial que se te atornilla a la cabeza y no hay fórmula para la desintoxicación. Kimono My House, álbum del cual este tema es la apertura, es pródigo en ese tipo de canciones hiper-saltarinas, pegadizas hasta la irritación y a la vez bizarras. Hay que tener cierto estómago curtido para escucharlo entero; pero quien lo tenga encontrará un álbum entretenido hasta decir basta. Titulada con un conocido lugar común de los diálogos de westerns ("En este pueblo no cabemos los dos"), fue la canción que me introdujo a Sparks: insólito dúo de hermanos yankis, Ron y Russell, que decidieron ir a hacer su música a Inglaterra, un lugar bastante más preparado que su terruño para este tipo de extravaganza pop (al lado de la cual nuestro actual Mika parece un pobre diablo).
#98. Rhiannon - Fleetwood Mac
Album: Fleetwood Mac (1975).
Letra y música por Stevie Nicks.
Lírica clave: "Would tou stay if she promised you heaven, will you ever win".
El famoso Rumours tiene un hermano mayor frecuentemente olvidado (aunque hace una aparición estelar en la película Alta Fidelidad, seguro que algunos lo recuerdan). Se llama Fleetwood Mac, igual que la banda. A decir verdad no encuentro mayor diferencia entre los dos, aunque solo Rumours obtuvo el status de clásico. En ambos casos, tengo una preferencia especial por los temas de Stevie Nicks (así como una tendencia a no disfrutar los de Christine McVie, qué tipa más empalagosa por Dios). Mi favorito está, justamente, en el más "oscuro" de los dos álbumes: Rhiannon no es solo la mejor canción que Stevie Nicks hizo en su vida (prácticamente la define), sino uno de los mejores "temas pop livianos para FM" que escuché en la mía. Los punk de la época lo detestaban, y con toda la razón: esto es rock corporativo, pero del bueno. El truco de la guitarra doblada, más la inmaculada sección rítmica (el bajo es de puta madre), crean un efecto que le da a la canción una presencia imponente, filosa, de la que la mayoría de este tipo de baladas (¿es una balada?) carece. Y qué decir de Stevie Nicks; su performance apasionada recrea idealmente los encantos de Rhiannon, esa hechicera hermosa de la que habla la letra. Irreprochable.
#97. Fireball - Deep Purple
Album: Fireball (1971).
Letra y música por Ritchie Blackmore, Ian Gillan, Roger Glover, John Lord & Ian Paice.
Lírica clave: "Oh my love it's a long way".
Smoke On The Water será el abuelo de todos los riffs, pero es en temas como Fireball (y discos como el previo In Rock) donde la voracidad real de Deep Purple alcanza sus máximos indicadores. La tracción que le pone a la canción ese toque de batería del principio es una cosa casi aterradora, y la velocidad se mantiene a lo largo de tres minutos infernales, ante un oyente atónito que apenas puede con ese órgano y esa guitarra que machacan como bestias. Deep Purple es una banda menor pero crucial para el desarrollo de lo que después se conoció como heavy-metal. Esta es una de esas canciones que deberían enseñar en los colegios, así los niños que todavía se entusiasman con cosas como Iron Maiden se enteran un poco quién es papá. No es que tenga nada particular contra Iron Maiden (más allá de que a veces me aburren), pero soy de los que sienten que ninguna banda de heavy-metal aportó nada que esencialmente no hayan mostrado con anterioridad gente como Purple o Black Sabbath. Fireball es un rocker reventadísimo con un toque de sexo, violencia y, sobre todo, vida brotando a borbotones por los parlantes. La producción, acorde a la época, es tan perfecta que uno casi puede rozar la música. Es una lástima, o una bendición según cómo se mire, que ya nadie haga rock así.
#96. Shoot To Thrill - AC/DC
Album: Back In Black (1980).
Letra y música por Brian Johnson, Malcom Young & Angus Young.
Lírica clave: "Too many women with too many pills".
AC/DC es una de esas bandas que alguna vez tuve el privilegio de despreciar. Ya no. Sigo sin tragarme entero un disco entero de ellos, pero no me importa. AC/DC es una banda cuya misma esencia es la de exagerar todo al máximo nivel posible, sin tomarse en serio a sí mismos, hasta convertirse en una especie de parodia del rock. Aunque no es exactamente eso, porque para ser una simple "parodia", rockean con bastante seriedad. Nah, AC/DC es una banda totalmente singular, y como tal merece ser medida con una vara distinta a la usual. No molesta que sus álbumes sean monótonos y que todos los riffs sean iguales, porque esa es la joda. Algo así como los Ramones pero en versión hard-rock. Shoot To Thrill, archi-conocida por ser la cortina principal del devaluado programa de TV Caiga Quien Caiga, es tal vez la canción que mejor expresa de qué se trata AC/DC y su rock de las cavernas. Esos riffs estilo en-tu-cara del comienzo y un Brian Johnson celebrando una vida de excesos son ya marcas registradas. Lo que se desvía un poco de la línea, y le da a Shoot To Thrill un toque de distinción (que, tratándose de AC/DC, no es poca cosa), es la magnífica coda, donde todo vuelve a comenzar de a poco hasta explotar en un clímax memorable.
#95. Dominance And Submission - Blue Öyster Cult
Album: Secret Treaties (1974).
Letra y música por Eric Bloom, Albert Bouchard & Sandy Pearlman.
Lírica clave: "Midnight was the barrier back in 1963".
No termino de entender bien sobre qué trata la letra de esta canción; ¿sobre la radio? ¿sobre viajar en auto? ¿el año nuevo? Más bien parecieran ser las tres cosas juntas. En todo caso es una historia medio misteriosa que no deja de estar en mi cabeza, como una especie de ensueño vívido. La música en sí tiene poco de ensueño. Blue Öyster Cult es una banda bastante curiosa: en la práctica es hard-rock, pero cuesta asociarla inmediatamente a alguno de los gigantes del género (Zeppelin, Purple, Sabbath, etc.). Tienen como un aura muy propia que es difícil de explicar. Dominance And Submission, extraída de su tercer álbum Secret Treaties, rockea con furia y, aún así, la actitud parece extrañamente recolectada, sobria, hasta elegante. Muchos lo consideran hard-rock para intelectuales y quién sabe, tal vez esos muchos tengan razón. La mayoría de las listas de este tipo, si le dan bola a esta banda, incluyen (Don't Fear) The Reaper, un tema del siguiente disco (Agents Of Fortune) que supuestamente es oscura y eso, pero que no pasa de un metal-pop de lo más livianito que nada tiene que hacer frente a ésta. Dominance And Submission merece estar en la lista porque tiene de todo: un riff antológico, un inesperado puente de tintes claramente pop, solos para llenarse la panza, juegos de voces muy interesantes y un crescendo vuela-pelucas (?) sobre el final. Imperdible.
#94. Bell Bottom Blues - Derek & The Dominos
Album: Layla & Other Assorted Love Songs (1970).
Letra y música por Eric Clapton.
Lírica clave: "I don't want to lose this feeling".
La muchedumbre, sumisa ante el título, asocia este legendario álbum a la legendaria Layla, pero la novedad es que una de las assorted love songs resultó ser mejor. Es el caso de Bell Bottom Blues. En realidad, ambas son distintas caras de la misma moneda: el amor no correspondido de Eric Clapton hacia Patti Boyd. Tan fuerte fue el lime que se pegó Clapton por esta flaca (que, como todos saben, estaba casada con George Harrison que, como todos saben, era el mejor amigo de Clapton), que le dedicó bajo el nombre de Derek & The Dominos un disco entero donde todos los temas hablan de lo mismo. Es un álbum apasionadísimo. Cuando lo escuché por primera vez (apenas días antes del famoso 11-09-01) me pegó con cien fierros; hoy quizás ya me harta un poco y tengo que ingerirlo en dosis pequeñas. No sé exactamente por qué Layla, la canción, nunca me satisfizo del todo. Me gusta, ojo; quién puede mantenerse indiferente ante el entregadísimo alarido de amor de Clapton, a quién puede no gustarle la trascendental coda, famosa por aparecer en películas como Goodfellas. Sin embargo, en el largo plazo, Bell Bottom Blues es la que definitivamente me acompaña. La premisa es la misma, solo que su porte más melodiosa, tanto en la voz de Clapton como en la guitarra, me subsume con aún mayor profundidad en lo que el tipo pudo haber sentido. Si quieren conocer el final de la historia (¿conquistó Eric finalmente a Patti?) tendrán que verlo en la Wikipedia. Pero anuncio que el final, como suele ocurrir fuera de los cuentos de hadas, es agridulce. Agridulce como esta increíble canción en la que Clapton tocó todas las guitarras y que es la mejor que haya escrito jamás.
#93. Season Of The Witch - Donovan
Album: Sunshine Superman (1966).
Letra y música por Donovan Leitch.
Lírica clave: "You got to pick up every stich, must be the season of the witch".
Una noche estaba frente a la tele, ejerciendo mi soberanía ciudadana con el zapping, cuando me topé con lo que - después supe - era la secuencia final de To Die For (traducida al castellano como Todo Por Un Sueño), película con Nicole Kidman y Matt Dillon. En fin. Se veía a una chica patinar sobre el hielo y, mientras la cámara se retraía con el riguroso zoom-out (o dolly), sonaba esta canción misteriosa y a la vez punzante que no conocía pero que decidí, en ese mismo momento, que me gustaba mucho. Obviamente me quedé mirando los créditos a ver si podía sacar al tipo que la cantaba. No sé si tuve éxito, pero este tipo de cosas hoy tienen solución con google y otros buscadores, con lo que al rato ya me había hecho con un mp3 de Sunshine Superman. Season Of The Witch es un híbrido memorable; a veces parece una balada, pero tiene todos esos toques psicodélicos que hacen que de a ratos la cosa rockee con vena. La atmósfera, congruente con el final de la mencionada película, es de intranquilidad y amenaza. Soy fanático de los temas que te hacen oler la tensión en el aire, y esta no es la excepción. La casualidad me hizo conocer a Donovan, de quien también recomiendo su álbum doble Gift From a Flower To A Garden.
#92. I Get Around - The Beach Boys
Album: All Summer Long (1964).
Letra y música por Mike Love & Brian Wilson.
Lírica clave: "I gotta find a new place where the kids are hip".
NO me vengan con God Only Knows ni con Good Vibrations ni con Surf's Up ni con nada de eso (aunque los tres son buenos temas y no tengo nada contra ellos, lo juro). Los Beach Boys alcanzaron su pico en 1964 con esta obra maestra en miniatura cuyo inimitable feeling - playas, sol, chicas de buenas gomas, tablas de surf, autos gigantes - jamás han logrado replicar. Es cuestión de escuchar esas voces en armonía entrar en el comienzo para que levite en éxtasis supremo. El estribillo de esta canción es obra de otro planeta, y esto lo puedo probar en cualquier tribunal. Tan fantástica es, tan brillante y eterna la melodía, que me acuerdo perfectamente cómo fue escucharla por primera vez. Fue en la televisión (otra vez! Dios te bendiga, teleee), en un documental sobre Pelé (!?) que todavía tengo grabado en VHS. La cosa me reventó la cabeza como una piñata. En ese momento yo conocía muy poco rock y pensé que tal vez podrían ser los Beatles. De hecho, quería que fueran los Beatles porque me estaba volviendo fanático. Pero no, era de los Beach Boys. Claro, si los Beatles hubieran hecho esto serían sin duda alguna la banda más grande del planeta. Pero no, es de los Beach Boys, y la banda más grande del planeta entonces tiene que ser ABBA. Lástima. A grandes rasgos los Beach Boys no son de mi devoción: honestamente, Pet Sounds me genera cierto embole, pero esta canción es gloriosa en serio.
#91. #9 Dream - John Lennon
Album: Walls And Bridges (1974).
Letra y música por John Lennon.
Lírica clave: "Seemed so very real, it seemed so real to me".
Muchas veces Lennon dejó entrever su desprecio hacia Paul McCartney por escribir lo que él llamaba "canciones para abuelitas". Todo para, muy poco después de separarse los Beatles, ir y componer él mismo la canción para abuelitas por antonomasia: Imagine. Es una de las tantas contradicciones de este genio de la contradicción. Siguiendo con ellas, podemos concluir que su mejor canción (o al menos la que más me gusta), es una aberración en Lennon. Un tipo que para su carrera solista había rechazado de cuajo los lujos de sobreproducción que solían copar las grabaciones de los Beatles, alcanza su cenit con un tema super-sofisticado, derrotando al mismísimo Paul en lo que a artesanías pop se refiere. De hecho, Lennon dijo alguna vez que #9 Dream era tan solo un ejercicio de laboratorio que no provino de ninguna inspiración significativa. Qué me importa, Lennon. La canción, con algo o sin nada que decir, tiene un halo hermoso, mágico, de ensueño, capaz de transportar al oyente a lugares que ninguna otra canción de John Lennon solista podría (con excepción de Jealous Guy, una que bien podría estar en esta lista). Aparecida en su olvidado álbum Walls And Bridges, la gente conoce la canción a través de compilados y la FM Aspen, que cada tanto se digna a pasarla. Sea donde sea, esos arreglos de cuerda suenan exquisitos y alucinatorios. No hace falta aclararlo, pero qué va: una canción única.
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