#60. Bang A Gong (Get It On) - T. Rex
Album: Electric Warrior (1971).
Letra y música por Marc Bolan.
Lírica clave: "You're dirty, sweet and you're my girl".
Si algo debo reconocerle a Oasis es que plagiaron a tantos artistas diferentes que, escuchándolos, uno accede indirectamente a otros músicos en los cuales puede llegar educarse. Esto viene a cuento porque conocí esta canción gracias a Oasis, quienes replican nota por nota el mismo riff en Cigarettes And Alcohol, de su celebrado debut, Definitely Maybe. Lo gracioso es que los tipos no elegían exactamente los temas más oscuros para "homenajear" a sus fuentes, sino clásicos lisos y llanos. Como para que todo el mundo se diera cuenta. Y qué, ¿Algún problema? Viniendo de Oasis, ninguno, realmente. Pero suficiente de Oasis, hablemos de T. Rex. Hablar de T. Rex equivale a hablar de Marc Bolan, cantante y compositor excluyente del duo. Del insólito pastiche hippie-folk-psicodélico de sus primeros discos (grabados bajo el nombre completo de Tyrannosaurus Rex) fue derivando de a poco hacia una onda más metalera que lo llevó, prácticamente, a inventar el glam-rock a principios de los setenta. Electric Warrior fue la culminación de este proceso, y Bang A Gong sigue siendo algo así como el estandarte definitivo del género. No se trata de una elección muy original para una lista de este tipo, pero se me hace imposible ignorar la desarmada simpleza con la que su música logra meterse bajo la piel de cualquiera. Sea donde sea que suene, ese riff monstruoso te obliga a suspender la conversación y escuchar en reverencia, hasta que llega la gloria del estribillo y, sin darnos cuenta, ya estamos empastados en ese impecable groove sexy que, dicho sea de paso, no se parece a nada que haya escuchado antes o después.
#59. Sunny Afternoon - The Kinks
Album: Face To Face (1966).
Letra y música por Ray Davies.
Lírica clave: "I've got a big fat mama tryin' to break me".
Muchísimo antes de Blur y Pulp, los Kinks de Ray Davies ya habían perfeccionado la canción acerca del "everyday man" y la trivialidad de su rutina, enmarcada en la Inglaterra urbana-industrial del siglo XX. Sus viñetas sobre la vida cotidiana son encantadoramente simples pero ambiguas a la vez. Mezclando dosis similares de genuina celebración burguesa y fino sarcasmo, Davis se ha ganado en buena ley la reputación de "Charles Dickens del rock". Sunny Afternoon, publicada en Face To Face, es uno de los primeros y mejores ejemplos de esta narrativa. El héroe de la canción ha sido abandonado por su mujer (My girlfriend's gone off with my car / And gone back to her ma and pa / Telling tales of drunkeness and cruelty), la cual ahora le reclama buena parte de sus bienes, amenazando con quebrarlo económicamente. Sin embargo, nuestro amigo nos cuenta la historia desde un placentero jardín, donde, solitario, disfruta de una cerveza helada bajo una tarde de sol. Por un lado pide ayuda (save me from this squeeze), pero a la vez declara estar totalmente feliz ahí en su jardín "holgazaneando en una tarde soleada". ¿Está el hombre realmente preocupado por su situación? Esa celebración de las cosas más simples en medio de aparentes catástrofes es lo que le da a la canción su imperecedero encanto, más allá de la fabulosa melodía pop que canta Davies.
#58. Lover, You Should've Come Over - Jeff Buckley
Album: Grace (1994).
Letra y música por Jeff Buckley.
Lírica clave: "Maybe I'm just too young to keep good love from going wrong".
Grace de Jeff Buckley es uno de esos álbumes que involucran emocionalmente al oyente de tal manera que es imposible escucharlo sin algún tipo de reacción visceral, ya sea ésta de júbilo, de tristeza o de simple exaltación de la vida. En este sentido, Lover You Should've Come Over se perfila como el momento definitorio del álbum, y uno de los tour-de-force emocionales más impactantes que se hayan grabado jamás. Recuerdo que solía escucharla en soledad, al atardecer, y se me hacía un nudo en la garganta. Todavía hoy me sigue pasando. Tal vez buena parte de la razón esté en la voz de Buckley, que no solo es intensa y hermosa sino que además resulta totalmente creíble, lo cual es una rareza en este tipo de vocalistas. Es decir, me imagino a alguno de esos atildados que aparecen en American Idol cantándola con esa perfección estéril, sin un ápice de sentimiento. La performance de Buckley, en cambio, es virtuosa pero a la vez tan verosímil que prácticamente te hace ver las imágenes que va narrando. Aquí se nos muestra como un amante solitario que, por negligencia, ha perdido a la mujer que realmente quería y le ruega por favor que vuelva. No hay medias tintas ni análisis cerebrales; el deseo y la desolación se desangran en cada nota, en cada frase (It's never over, my kingdom for a kiss upon her shoulder / It's never over, all my riches for her smiles when I slept so soft against her / It's never over, all my blood for the sweetness of her laughter). El climax, apuntalado por unos coros gospel doblados por Jeff mismo, es una puñalada en el corazón que me hace estremecer todas y cada una de las veces que lo escucho. Una canción enorme.
#57. 21st Century Schizoid Man - King Crimson
Album: In The Court Of The Crimson King (1969).
Letra y música por Robert Fripp, Michael Giles, Greg Lake, Ian McDonald, Peter Sinfield .
Lírica clave: "Nothing he's got he really needs".
Hay ocasiones en la historia del rock en las que algún artista sale aparentemente de la nada y le propina una verdadera patada en el culo a la escena. Los primeros Beatles, los primeros Stones, Dylan, Hendrix, el Pink Floyd de Barrett, La Velvet y Led Zeppelin son todos tipos que saben más o menos a qué me refiero. Sin embargo, debe haber pocas "patadas de culo" tan dramáticas, singulares e inesperadas como la del debut de King Crimson en 1969. El álbum es, literalmente, una cosa caída desde otra galaxia y, en ese mismo sentido, el tema encargado de abrirlo, 21st Century Schizoid Man, es una carta de presentación terrorífica que debe haber asustado a más de un oyente en aquel entonces. Aún en el caso de los músicos mencionados más arriba, el origen de sus innovaciones podrían rastrearse en elementos que estaban "en el aire"; ya sea Dylan sumándose a la moda del rock, o Floyd y Hendrix en medio de la psicodelia "hard" que venía creciendo en Londres, o Zeppelin endureciendo un poco el legado de Cream. Es como que, aún dentro de la sorpresa, siempre había un contexto que acompañaba. King Crimson y Robert Fripp no: de repente salen con esto que no tiene preparación previa o explicación posible; salen con esto que inventa su propio contexto, prácticamente fundando la ola de rock progresivo británico que colmaría la siguiente década. Y ni siquiera eso, porque en realidad, 21st Century Schizoid Man no es prototípico de lo que luego sería el prog (que eligiría caminos más sinfónicos); realmente es complicado de definir con palabras. ¿Lounge-jazz hiper-espacial pasado por anfetaminas? ¿Fanfarria futurista con tintes medievales? ¿Avant-garde apocalíptico con guitarras rockeras? Imposible. Lo que sí se puede decir es que esta terrible canción posee una potencia liberada que evoca una bomba atómica musical de proporciones inimaginadas. Un tema que no puede dejar indiferente a absolutamente nadie que lo escuche. Nadie.
#56. Inertia Creeps - Massive Attack
Album: Mezzanine (1998).
Letra y música por Robert del Naja, Grantley Marshall & Andrew Vowles.
Lírica clave: "She comes moving up slowly".
La tapa de Mezzanine, una de las obras maestras definivas de los años 90, nos muestra una especie de escarabajo en un cortante blanco y negro. Algo parecido, pero a nivel musical, pareciera querer expresar la monumental Inertia Creeps, la cuarta canción del álbum. Y me remito al blanco y negro porque la sonoridad del tema pinta un mundo acromático, donde pareciera no haber lugar para los colores. La perfecta monotonía cuasi religiosa de Inertia Creeps, basada en el rapeo insistente de una voz sensual, aparece atravesada no obstante por exquisitas variaciones que le dan a cada segmento una identidad propia. Si en el primer cuarto tenemos ese tremendo beat selvático (que por sí mismo ya justifica todo tipo de loas), después aparecen matices un poco más melódicos, para acabar en un final a todo trapo de connotaciones electrónicas. Lo que Massive Attack presenta aquí es directamente artesanal: cada toquecito sutil parece de pronto un mundo en sí mismo, desde los adornos orientales hasta las paredes de guitarra y los beeps de sintetizador. Todo se acopla perfectamente en un ambiente que es casi demoníaco pero a la vez muy sexy e increíblemente intenso. La letra, de hecho, se refiere enteramente al acto sexual (she comes moving up slowly... alguna duda?) aunque creánme que el ambiente no es en absoluto festivo. Es un sexo psicológico y ritual, metaforizado a través de la mejor cruza entre rap y electrónica que nos podamos imaginar.
#55. Both Sides Now - Joni Mitchell
Album: Clouds (1969).
Letra y música por Joni Mitchell.
Lírica clave: "I really don't know life at all".
No escandalizaría a nadie si dijera que Joni Mitchell es la figura femenina más importante que ha dado el rock. Si bien sus letras ultra-personales (casi egocéntricas, a veces) y sus preocupaciones de corte más bien burgués no la hacen una artista muy accesible, su inmenso talento compositor salta al oído en casi cualquier cosa que haya hecho desde su debut en 1968 hasta mediados de los 70, período en el cual exploró varios géneros (desde el folk al jazz) sin perder un ápice de calidad. Both Sides Now, extraída de su segundo álbum, es un ejemplo de su época folk, en la que se bastaba con el acompañamiento de una guitarra o un piano y nada más. De hecho, la simpleza franciscana del arreglo es lo primero que se advierte en esta canción, tal como ocurría en las primeras grabaciones de Bob Dylan. No escuchamos otra cosa que la voz de Joni y su guitarra. Pero qué voz, y qué guitarra. Y qué letra. En realidad, lo que más me gusta de Both Sides Now es su letra. Para ser francos, una mayoritaria parte de las letras de Joni están consagradas a esa inquietud propia de la chica disconforme y observadora que se pregunta por su lugar en el mundo, por el sentido de la vida y por aquello que los demás tienen para decirle u ofrecerle. Pero es en Both Sides Now donde parece capturar la esencia completa de los planteos que hace en otras canciones, a través de metáforas simples pero cargadas de poesía. Las nubes, el amor, la vida, pueden ser abordadas desde un ángulo u otro, pero al final debe concluir que, en el fondo, ella no sabe nada ni de las nubes, ni del amor, ni de la vida, y que se trata de ir caminando a tientas en un mundo en el que no existe tal cosa como una verdad definitiva ni la última palabra sobre nada. La vida es esa experiencia permanente (something's lost and something's gained in living every day), que nunca se puede sublimar en un conocimiento cerrado. Al menos esa es mi interpretación. Expresada a través de una melodía perfecta, la canción ha sido capaz alguna vez de sacarme lágrimas. Su filosofía es universal, apela a la naturaleza de todas las cosas; y aún así, la composición no es nada pretenciosa sino, todo lo contrario, muy humilde.
#54. Eight Miles High - The Byrds
Album: Fifth Dimension (1966).
Letra y música por Gene Clark, David Crosby & Jim McGuinn.
Lírica clave: "And when you touch down, you'll find that it's stranger than known".
Cuando Gene Clark dejó los Byrds, oficialmente debido a su miedo volar en avión, dejó en manos de sus ex-compañeros esta composición acerca, justamente, de su miedo a volar en avión (el título se explica por sí solo). Crosby y McGuinn la tomaron y la transformaron en esto. ¿Qué es esto? Pues una de las grabaciones seminales de la historia del rock. No hace falta llegar a la discusión sobre quiénes fueron los primeros en hacer música psicodélica para admitir que Eight Miles High es una obra innovadora e importante. Fusionando el sonido folk de sus primeros discos con influencias del raga hindú, del jazz y de John Coltrane, los Byrds concluyen un experimento formidable que prácticamente inventa el espíritu y el sonido de lo que sería la revolución psicodélica del año siguiente. La primera vez que la escuché fue en un documental televisivo sobre la historia del rock y esa intro maligna, sensacional, me voló el cráneo en mil pedazos. Y eso que no llegué a escuchar la gloriosa parte del solo, esos cincuenta segundos que nos sumergen en un maravilloso caos sonoro imposible de olvidar. Todavía me es difícil imaginar en qué andaban los flacos estos para salir con unos arreglos tan volados y originales. Fuera lo que fuera, hay que agradecerle a Dios, al Diablo y a los planetas alineados del sistema solar por esta inmaculada pieza de arte.
#53. Born On The Bayou - Creedence Clearwater Revival
Album: Bayou Country (1969).
Letra y música por John Fogerty.
Lírica clave: "And I can still hear my old hound dog barkin, chasin' down a hoodoo there".
Mentira: John Fogerty no nació en el Bayou (o sea, la zona pantanosa del delta del Mississippi) sino en San Francisco, California. Ahora; para ser un impostor, no es un improvisado. De hecho, esta canción puede engañar a más de uno. El tipo canta con tanta convicción acerca de su infancia "running through the background bare" y sobre su perro "chasin' down a hoodoo there", que no tenemos otra opción que creerle. La canción es toda una hazaña en su evocación de una escenografía sureña, cenagosa y pobre. El filo de la voz de Fogerty es tan brutal, tan agresivo, las guitarras brotan con tanto tremolo, que nos vemos de pronto sumergidos en vapor húmedo y peligroso, en una zona de pinches o bichos raros, en un mundo extraño y algo cadavérico. Born On The Bayou es además única, en el sentido de que pocas veces la banda volvería a explorar terrenos semejantes, prefiriendo los famosos estribillos pegadizos que el público recuerda en hits como Down On The Corner o Cotton Fields. Con su atmósfera inimitable, y una pista musical que rockea con cien fierros, Born On The Bayou es una introducción más que apropiada para el segundo y consagratorio álbum de Creedecence, Bayou Country, que, a la luz de los siguientes discos, sigue siendo su trabajo más virulento, su momento más crudo.
#52. I Want You (She's So Heavy) - The Beatles
Album: Abbey Road (1969).
Letra y música por John Lennon & Paul McCartney.
Lírica clave: "It's driving me mad".
Lennon concibió I Want You con el objeto de explorar la misma onda heavy que habían inspirado grupos como Cream y que en ese mismo momento estaban imponiendo grupos como Led Zeppelin. Le salió algo que, en rigor, no se parece ni a una cosa ni la otra, sino que tiene una idiosincracia propia, aún inédita en la carrera de los mismos Beatles. Si bien en términos líricos el tema orilla lo cavernícola, la grabación es todo menos simple, al punto tal que tardaron alrededor de medio año en completarla. Más allá de su legendario riff circular, la canción va alternando diferentes tipos de ritmos, desde el martilleo dinosáurico del principio a las secciones más jazzeras y relajadas del medio. El principal legado que, a mi juicio, aporta el tema es el de mostrarnos a los Beatles en su pico como instrumentistas. Si alguna vez habían destacado más bien por su astucia melódica y su meticulosidad febril a la hora de imaginar arreglos extravagantes, acá (y en otros pasajes de Abbey Road) los tenemos como un aceitado ensemble de blues-rock capaz de soltarse, de comunicarse entre ellos, hasta el punto de parecer una banda en vivo dejándose llevar y pasándola bien. Es cierto que siguen siendo los Beatles, y por eso la canción en su conjunto no deja de sonar bastante pulidita y compacta (sin acercarse a la crudeza de bandas como The Who o Zeppelin). Aún así, la soltura con la que Paul McCartney va gatillando sus líneas de bajo, el swing con el que Ringo marca diferentes pautas, y los excepcionales tonos de guitarra que logran Harrison y Lennon en sus solos, son índices claros de que, proponiéndoselo, los Beatles también eran capaces de rockear muy convincentemente y hasta con el requerido halo de oscuridad. Más allá de este aspecto no menor, la canción es maravillosa por su extraordinario riff (una gema guitarrera muchas veces olvidada) y por la forma en la que, en la extensa coda, este mismo se repite una y otra vez hasta sumergirnos en un mantra infernal, que parece una excursión nocturna al Ártico y que acaba súbitamente como a quien le viene un infarto. She's So Heavy es la plataforma de unos Beatles más rockeros, sí, pero a la vez, también, lo suficientemente bizarros.
#51. Voodoo Child (Slight Return) - The Jimi Hendrix Experience
Album: Electric Ladyland (1968).
Letra y música por Jimi Hendrix.
Lírica clave: "And if I don't meet you no more in this world, I'll meet you in the next one, don't be late".
Puede llamar a la confusión que en Electric Ladyland Hendrix nos venga con un tema llamado Voodoo Chile (como si fuera el país, Chi-chi-chi, le-le-le) y al mismo tiempo otro llamado Voodoo Child (Slight Return) ("child", como se escribe propiamente en inglés). Vamos, por ende, a abordar las explicaciones del caso. Voodoo Chile es un blues lento de unos quince minutos de duración que es, lo voy a decir, bastante pedestre. En cambio, Voodoo Child (Slight Return), aunque fue grabada - casi que improvisada - el mismo día más tarde, es una variación mucho más corta que funciona como cierre del álbum. Se trata, en suma, de la performance cumbre de cualquier guitarrista en la historia del rock. Llegado este punto tengo que hacer una aclaración: Hendrix está tocando una sola guitarra. La mezcla fue directo del vivo a la cinta; o sea, que no hay doblados de ningún tipo. No, no se rían, ya sé que la bestia suena como si estuviese al comando de cuatro guitarras apiladas una encima de otra. Pero no; ese infernal y sanguinario aquelarre rockero lo saca Hendrix de una sola guitarrita de morondanga. Hay que estar tocado por la varita, hay que estar poseído por Satanás, hay que estar en otro universo, o no sé. Es que es inconcebible el macabro poderío sonoro que logra el flaco casi por sí solo (se suman un bajo y una batería y nada más). Es de no creer la cantidad de ganchos impecables que empieza a tirar Hendrix con lo que, sospecho, no es más que un rápido movimiento masturbatorio de su mano sobre el diapasón de su instrumento. Voodoo Child (Slight Return) es lo último que se escucha de Hendrix con The Experience... Pocos años después sobrevendría la muerte. Ante el conocimiento de tal destino, los versos finales (And if I don't meet you no more in this world, I'll meet you in the next one, don't be late) cobran un significado más que inquietante. Se podría pensar que acaso en ese mismo momento, mientras tocaba, Hendrix hubiera presentido su final, y, sabiéndose sin escapatoria, hubiera decidido cabalgar de cara a la muerte, despidiéndose con una explosión de caos y creación que es tan violento como hermoso.
Album: Electric Warrior (1971).
Letra y música por Marc Bolan.
Lírica clave: "You're dirty, sweet and you're my girl".
Si algo debo reconocerle a Oasis es que plagiaron a tantos artistas diferentes que, escuchándolos, uno accede indirectamente a otros músicos en los cuales puede llegar educarse. Esto viene a cuento porque conocí esta canción gracias a Oasis, quienes replican nota por nota el mismo riff en Cigarettes And Alcohol, de su celebrado debut, Definitely Maybe. Lo gracioso es que los tipos no elegían exactamente los temas más oscuros para "homenajear" a sus fuentes, sino clásicos lisos y llanos. Como para que todo el mundo se diera cuenta. Y qué, ¿Algún problema? Viniendo de Oasis, ninguno, realmente. Pero suficiente de Oasis, hablemos de T. Rex. Hablar de T. Rex equivale a hablar de Marc Bolan, cantante y compositor excluyente del duo. Del insólito pastiche hippie-folk-psicodélico de sus primeros discos (grabados bajo el nombre completo de Tyrannosaurus Rex) fue derivando de a poco hacia una onda más metalera que lo llevó, prácticamente, a inventar el glam-rock a principios de los setenta. Electric Warrior fue la culminación de este proceso, y Bang A Gong sigue siendo algo así como el estandarte definitivo del género. No se trata de una elección muy original para una lista de este tipo, pero se me hace imposible ignorar la desarmada simpleza con la que su música logra meterse bajo la piel de cualquiera. Sea donde sea que suene, ese riff monstruoso te obliga a suspender la conversación y escuchar en reverencia, hasta que llega la gloria del estribillo y, sin darnos cuenta, ya estamos empastados en ese impecable groove sexy que, dicho sea de paso, no se parece a nada que haya escuchado antes o después.
#59. Sunny Afternoon - The Kinks
Album: Face To Face (1966).
Letra y música por Ray Davies.
Lírica clave: "I've got a big fat mama tryin' to break me".
Muchísimo antes de Blur y Pulp, los Kinks de Ray Davies ya habían perfeccionado la canción acerca del "everyday man" y la trivialidad de su rutina, enmarcada en la Inglaterra urbana-industrial del siglo XX. Sus viñetas sobre la vida cotidiana son encantadoramente simples pero ambiguas a la vez. Mezclando dosis similares de genuina celebración burguesa y fino sarcasmo, Davis se ha ganado en buena ley la reputación de "Charles Dickens del rock". Sunny Afternoon, publicada en Face To Face, es uno de los primeros y mejores ejemplos de esta narrativa. El héroe de la canción ha sido abandonado por su mujer (My girlfriend's gone off with my car / And gone back to her ma and pa / Telling tales of drunkeness and cruelty), la cual ahora le reclama buena parte de sus bienes, amenazando con quebrarlo económicamente. Sin embargo, nuestro amigo nos cuenta la historia desde un placentero jardín, donde, solitario, disfruta de una cerveza helada bajo una tarde de sol. Por un lado pide ayuda (save me from this squeeze), pero a la vez declara estar totalmente feliz ahí en su jardín "holgazaneando en una tarde soleada". ¿Está el hombre realmente preocupado por su situación? Esa celebración de las cosas más simples en medio de aparentes catástrofes es lo que le da a la canción su imperecedero encanto, más allá de la fabulosa melodía pop que canta Davies.
#58. Lover, You Should've Come Over - Jeff Buckley
Album: Grace (1994).
Letra y música por Jeff Buckley.
Lírica clave: "Maybe I'm just too young to keep good love from going wrong".
Grace de Jeff Buckley es uno de esos álbumes que involucran emocionalmente al oyente de tal manera que es imposible escucharlo sin algún tipo de reacción visceral, ya sea ésta de júbilo, de tristeza o de simple exaltación de la vida. En este sentido, Lover You Should've Come Over se perfila como el momento definitorio del álbum, y uno de los tour-de-force emocionales más impactantes que se hayan grabado jamás. Recuerdo que solía escucharla en soledad, al atardecer, y se me hacía un nudo en la garganta. Todavía hoy me sigue pasando. Tal vez buena parte de la razón esté en la voz de Buckley, que no solo es intensa y hermosa sino que además resulta totalmente creíble, lo cual es una rareza en este tipo de vocalistas. Es decir, me imagino a alguno de esos atildados que aparecen en American Idol cantándola con esa perfección estéril, sin un ápice de sentimiento. La performance de Buckley, en cambio, es virtuosa pero a la vez tan verosímil que prácticamente te hace ver las imágenes que va narrando. Aquí se nos muestra como un amante solitario que, por negligencia, ha perdido a la mujer que realmente quería y le ruega por favor que vuelva. No hay medias tintas ni análisis cerebrales; el deseo y la desolación se desangran en cada nota, en cada frase (It's never over, my kingdom for a kiss upon her shoulder / It's never over, all my riches for her smiles when I slept so soft against her / It's never over, all my blood for the sweetness of her laughter). El climax, apuntalado por unos coros gospel doblados por Jeff mismo, es una puñalada en el corazón que me hace estremecer todas y cada una de las veces que lo escucho. Una canción enorme.
#57. 21st Century Schizoid Man - King Crimson
Album: In The Court Of The Crimson King (1969).
Letra y música por Robert Fripp, Michael Giles, Greg Lake, Ian McDonald, Peter Sinfield .
Lírica clave: "Nothing he's got he really needs".
Hay ocasiones en la historia del rock en las que algún artista sale aparentemente de la nada y le propina una verdadera patada en el culo a la escena. Los primeros Beatles, los primeros Stones, Dylan, Hendrix, el Pink Floyd de Barrett, La Velvet y Led Zeppelin son todos tipos que saben más o menos a qué me refiero. Sin embargo, debe haber pocas "patadas de culo" tan dramáticas, singulares e inesperadas como la del debut de King Crimson en 1969. El álbum es, literalmente, una cosa caída desde otra galaxia y, en ese mismo sentido, el tema encargado de abrirlo, 21st Century Schizoid Man, es una carta de presentación terrorífica que debe haber asustado a más de un oyente en aquel entonces. Aún en el caso de los músicos mencionados más arriba, el origen de sus innovaciones podrían rastrearse en elementos que estaban "en el aire"; ya sea Dylan sumándose a la moda del rock, o Floyd y Hendrix en medio de la psicodelia "hard" que venía creciendo en Londres, o Zeppelin endureciendo un poco el legado de Cream. Es como que, aún dentro de la sorpresa, siempre había un contexto que acompañaba. King Crimson y Robert Fripp no: de repente salen con esto que no tiene preparación previa o explicación posible; salen con esto que inventa su propio contexto, prácticamente fundando la ola de rock progresivo británico que colmaría la siguiente década. Y ni siquiera eso, porque en realidad, 21st Century Schizoid Man no es prototípico de lo que luego sería el prog (que eligiría caminos más sinfónicos); realmente es complicado de definir con palabras. ¿Lounge-jazz hiper-espacial pasado por anfetaminas? ¿Fanfarria futurista con tintes medievales? ¿Avant-garde apocalíptico con guitarras rockeras? Imposible. Lo que sí se puede decir es que esta terrible canción posee una potencia liberada que evoca una bomba atómica musical de proporciones inimaginadas. Un tema que no puede dejar indiferente a absolutamente nadie que lo escuche. Nadie.
#56. Inertia Creeps - Massive Attack
Album: Mezzanine (1998).
Letra y música por Robert del Naja, Grantley Marshall & Andrew Vowles.
Lírica clave: "She comes moving up slowly".
La tapa de Mezzanine, una de las obras maestras definivas de los años 90, nos muestra una especie de escarabajo en un cortante blanco y negro. Algo parecido, pero a nivel musical, pareciera querer expresar la monumental Inertia Creeps, la cuarta canción del álbum. Y me remito al blanco y negro porque la sonoridad del tema pinta un mundo acromático, donde pareciera no haber lugar para los colores. La perfecta monotonía cuasi religiosa de Inertia Creeps, basada en el rapeo insistente de una voz sensual, aparece atravesada no obstante por exquisitas variaciones que le dan a cada segmento una identidad propia. Si en el primer cuarto tenemos ese tremendo beat selvático (que por sí mismo ya justifica todo tipo de loas), después aparecen matices un poco más melódicos, para acabar en un final a todo trapo de connotaciones electrónicas. Lo que Massive Attack presenta aquí es directamente artesanal: cada toquecito sutil parece de pronto un mundo en sí mismo, desde los adornos orientales hasta las paredes de guitarra y los beeps de sintetizador. Todo se acopla perfectamente en un ambiente que es casi demoníaco pero a la vez muy sexy e increíblemente intenso. La letra, de hecho, se refiere enteramente al acto sexual (she comes moving up slowly... alguna duda?) aunque creánme que el ambiente no es en absoluto festivo. Es un sexo psicológico y ritual, metaforizado a través de la mejor cruza entre rap y electrónica que nos podamos imaginar.
#55. Both Sides Now - Joni Mitchell
Album: Clouds (1969).
Letra y música por Joni Mitchell.
Lírica clave: "I really don't know life at all".
No escandalizaría a nadie si dijera que Joni Mitchell es la figura femenina más importante que ha dado el rock. Si bien sus letras ultra-personales (casi egocéntricas, a veces) y sus preocupaciones de corte más bien burgués no la hacen una artista muy accesible, su inmenso talento compositor salta al oído en casi cualquier cosa que haya hecho desde su debut en 1968 hasta mediados de los 70, período en el cual exploró varios géneros (desde el folk al jazz) sin perder un ápice de calidad. Both Sides Now, extraída de su segundo álbum, es un ejemplo de su época folk, en la que se bastaba con el acompañamiento de una guitarra o un piano y nada más. De hecho, la simpleza franciscana del arreglo es lo primero que se advierte en esta canción, tal como ocurría en las primeras grabaciones de Bob Dylan. No escuchamos otra cosa que la voz de Joni y su guitarra. Pero qué voz, y qué guitarra. Y qué letra. En realidad, lo que más me gusta de Both Sides Now es su letra. Para ser francos, una mayoritaria parte de las letras de Joni están consagradas a esa inquietud propia de la chica disconforme y observadora que se pregunta por su lugar en el mundo, por el sentido de la vida y por aquello que los demás tienen para decirle u ofrecerle. Pero es en Both Sides Now donde parece capturar la esencia completa de los planteos que hace en otras canciones, a través de metáforas simples pero cargadas de poesía. Las nubes, el amor, la vida, pueden ser abordadas desde un ángulo u otro, pero al final debe concluir que, en el fondo, ella no sabe nada ni de las nubes, ni del amor, ni de la vida, y que se trata de ir caminando a tientas en un mundo en el que no existe tal cosa como una verdad definitiva ni la última palabra sobre nada. La vida es esa experiencia permanente (something's lost and something's gained in living every day), que nunca se puede sublimar en un conocimiento cerrado. Al menos esa es mi interpretación. Expresada a través de una melodía perfecta, la canción ha sido capaz alguna vez de sacarme lágrimas. Su filosofía es universal, apela a la naturaleza de todas las cosas; y aún así, la composición no es nada pretenciosa sino, todo lo contrario, muy humilde.
#54. Eight Miles High - The Byrds
Album: Fifth Dimension (1966).
Letra y música por Gene Clark, David Crosby & Jim McGuinn.
Lírica clave: "And when you touch down, you'll find that it's stranger than known".
Cuando Gene Clark dejó los Byrds, oficialmente debido a su miedo volar en avión, dejó en manos de sus ex-compañeros esta composición acerca, justamente, de su miedo a volar en avión (el título se explica por sí solo). Crosby y McGuinn la tomaron y la transformaron en esto. ¿Qué es esto? Pues una de las grabaciones seminales de la historia del rock. No hace falta llegar a la discusión sobre quiénes fueron los primeros en hacer música psicodélica para admitir que Eight Miles High es una obra innovadora e importante. Fusionando el sonido folk de sus primeros discos con influencias del raga hindú, del jazz y de John Coltrane, los Byrds concluyen un experimento formidable que prácticamente inventa el espíritu y el sonido de lo que sería la revolución psicodélica del año siguiente. La primera vez que la escuché fue en un documental televisivo sobre la historia del rock y esa intro maligna, sensacional, me voló el cráneo en mil pedazos. Y eso que no llegué a escuchar la gloriosa parte del solo, esos cincuenta segundos que nos sumergen en un maravilloso caos sonoro imposible de olvidar. Todavía me es difícil imaginar en qué andaban los flacos estos para salir con unos arreglos tan volados y originales. Fuera lo que fuera, hay que agradecerle a Dios, al Diablo y a los planetas alineados del sistema solar por esta inmaculada pieza de arte.
#53. Born On The Bayou - Creedence Clearwater Revival
Album: Bayou Country (1969).
Letra y música por John Fogerty.
Lírica clave: "And I can still hear my old hound dog barkin, chasin' down a hoodoo there".
Mentira: John Fogerty no nació en el Bayou (o sea, la zona pantanosa del delta del Mississippi) sino en San Francisco, California. Ahora; para ser un impostor, no es un improvisado. De hecho, esta canción puede engañar a más de uno. El tipo canta con tanta convicción acerca de su infancia "running through the background bare" y sobre su perro "chasin' down a hoodoo there", que no tenemos otra opción que creerle. La canción es toda una hazaña en su evocación de una escenografía sureña, cenagosa y pobre. El filo de la voz de Fogerty es tan brutal, tan agresivo, las guitarras brotan con tanto tremolo, que nos vemos de pronto sumergidos en vapor húmedo y peligroso, en una zona de pinches o bichos raros, en un mundo extraño y algo cadavérico. Born On The Bayou es además única, en el sentido de que pocas veces la banda volvería a explorar terrenos semejantes, prefiriendo los famosos estribillos pegadizos que el público recuerda en hits como Down On The Corner o Cotton Fields. Con su atmósfera inimitable, y una pista musical que rockea con cien fierros, Born On The Bayou es una introducción más que apropiada para el segundo y consagratorio álbum de Creedecence, Bayou Country, que, a la luz de los siguientes discos, sigue siendo su trabajo más virulento, su momento más crudo.
#52. I Want You (She's So Heavy) - The Beatles
Album: Abbey Road (1969).
Letra y música por John Lennon & Paul McCartney.
Lírica clave: "It's driving me mad".
Lennon concibió I Want You con el objeto de explorar la misma onda heavy que habían inspirado grupos como Cream y que en ese mismo momento estaban imponiendo grupos como Led Zeppelin. Le salió algo que, en rigor, no se parece ni a una cosa ni la otra, sino que tiene una idiosincracia propia, aún inédita en la carrera de los mismos Beatles. Si bien en términos líricos el tema orilla lo cavernícola, la grabación es todo menos simple, al punto tal que tardaron alrededor de medio año en completarla. Más allá de su legendario riff circular, la canción va alternando diferentes tipos de ritmos, desde el martilleo dinosáurico del principio a las secciones más jazzeras y relajadas del medio. El principal legado que, a mi juicio, aporta el tema es el de mostrarnos a los Beatles en su pico como instrumentistas. Si alguna vez habían destacado más bien por su astucia melódica y su meticulosidad febril a la hora de imaginar arreglos extravagantes, acá (y en otros pasajes de Abbey Road) los tenemos como un aceitado ensemble de blues-rock capaz de soltarse, de comunicarse entre ellos, hasta el punto de parecer una banda en vivo dejándose llevar y pasándola bien. Es cierto que siguen siendo los Beatles, y por eso la canción en su conjunto no deja de sonar bastante pulidita y compacta (sin acercarse a la crudeza de bandas como The Who o Zeppelin). Aún así, la soltura con la que Paul McCartney va gatillando sus líneas de bajo, el swing con el que Ringo marca diferentes pautas, y los excepcionales tonos de guitarra que logran Harrison y Lennon en sus solos, son índices claros de que, proponiéndoselo, los Beatles también eran capaces de rockear muy convincentemente y hasta con el requerido halo de oscuridad. Más allá de este aspecto no menor, la canción es maravillosa por su extraordinario riff (una gema guitarrera muchas veces olvidada) y por la forma en la que, en la extensa coda, este mismo se repite una y otra vez hasta sumergirnos en un mantra infernal, que parece una excursión nocturna al Ártico y que acaba súbitamente como a quien le viene un infarto. She's So Heavy es la plataforma de unos Beatles más rockeros, sí, pero a la vez, también, lo suficientemente bizarros.
#51. Voodoo Child (Slight Return) - The Jimi Hendrix Experience
Album: Electric Ladyland (1968).
Letra y música por Jimi Hendrix.
Lírica clave: "And if I don't meet you no more in this world, I'll meet you in the next one, don't be late".
Puede llamar a la confusión que en Electric Ladyland Hendrix nos venga con un tema llamado Voodoo Chile (como si fuera el país, Chi-chi-chi, le-le-le) y al mismo tiempo otro llamado Voodoo Child (Slight Return) ("child", como se escribe propiamente en inglés). Vamos, por ende, a abordar las explicaciones del caso. Voodoo Chile es un blues lento de unos quince minutos de duración que es, lo voy a decir, bastante pedestre. En cambio, Voodoo Child (Slight Return), aunque fue grabada - casi que improvisada - el mismo día más tarde, es una variación mucho más corta que funciona como cierre del álbum. Se trata, en suma, de la performance cumbre de cualquier guitarrista en la historia del rock. Llegado este punto tengo que hacer una aclaración: Hendrix está tocando una sola guitarra. La mezcla fue directo del vivo a la cinta; o sea, que no hay doblados de ningún tipo. No, no se rían, ya sé que la bestia suena como si estuviese al comando de cuatro guitarras apiladas una encima de otra. Pero no; ese infernal y sanguinario aquelarre rockero lo saca Hendrix de una sola guitarrita de morondanga. Hay que estar tocado por la varita, hay que estar poseído por Satanás, hay que estar en otro universo, o no sé. Es que es inconcebible el macabro poderío sonoro que logra el flaco casi por sí solo (se suman un bajo y una batería y nada más). Es de no creer la cantidad de ganchos impecables que empieza a tirar Hendrix con lo que, sospecho, no es más que un rápido movimiento masturbatorio de su mano sobre el diapasón de su instrumento. Voodoo Child (Slight Return) es lo último que se escucha de Hendrix con The Experience... Pocos años después sobrevendría la muerte. Ante el conocimiento de tal destino, los versos finales (And if I don't meet you no more in this world, I'll meet you in the next one, don't be late) cobran un significado más que inquietante. Se podría pensar que acaso en ese mismo momento, mientras tocaba, Hendrix hubiera presentido su final, y, sabiéndose sin escapatoria, hubiera decidido cabalgar de cara a la muerte, despidiéndose con una explosión de caos y creación que es tan violento como hermoso.
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12 comentarios:
En todo caso Intertia Creeps es una mezcla de Eros y Tanatos, Tanatos en la música (y en el título diría que también), Eros en la letra y la voz.
21st century schizoid man, qué temazo!!! Esas trompetas superpuestas cada vez más vertiginosamente son una maravilla.
(el del comment borrado soy yo, logueado con otra cuenta :P)
Excelente tanda de canciones, las que conozco, veremos las que no escuché qué tal.
Salutes.
Esta si es una "réplica furibunda", ¿qué demonios hace "Sunny afternoon" en la posición 59? En esta entrega, tu lista dejó de ser la definitiva y verdadera y pasó a ser una de las tantas listas sin sentido que abundan en el ciberespacio. No, mentira, hasta ahora vas bien, bueno descontando este descache con los Kinks. Lo único de lo que si te advierto, es que si "Waterloo sunset" no hace parte del top 10, emprenderé una labor de sabotaje contra este blog.
Esta ronda si salió redondita. Prácticamente alcanza para un top 10 solo con estas.
#60 - Clásico. El estribillo es majestuoso, cuando llega ese "Get it on" ad infinitum y las cuerdas suben, es uno de los mejores momentos que se van a encontrar en cualquier canción de rock. El riff, inolvidable. Una canción perfecta. Lastimosamente Marc Bolan no es muy conocido, pero es capaz de hacer cosas muy buenas. Electric Warrior es un discazo.
#59 - Palabras mayores y apenas vamos en el número 59. Ciertamente una de las eternas favoritas de los Kinks, a quienes les alcanza para llenar un buen porcentaje de esta lista y quedarse como si nada. La política de racionar a tres canciones por banda se va a empezar a notar injusta cuando se tiene que lidiar con gente de este calibre, pero C'est la vie... Una joya.
#58 - No conozco nada de los Buckley, pero con tanta promoción inevitablemente me iré acercando. Esta muestra no hace más que apurarme a conocerlos.
#57 - Tan pronto vamos sacando la artillería pesada? Esta canción es de otro mundo. Más allá de sus virtudes innovadoras, no se puede evitar reconocer que es una gran canción, si es que el adjetivo canción le queda, porque esto bien puede calificarse como otra cosa. En todo caso, sea lo que sea esto, no hay mejor forma de liberar energía, destruir la casa y espantar a los vecinos que poner esta bestia a todo volumen.
#56 - Desde el Simposio en el que recomendaste esta canción, mi afecto hacia este disco ha ido creciendo. No recuerdo cuanto le puse de nota la primera vez, pero hoy le pondría un 10. Así de simple. Esta cosa, con su melodía arrastrada, su ritmo demoledor, sus piruetas electrónicas psicóticas y su aura esquizofrénica, es una de las experiencias más pesadillescas que se pueden encontrar en la música electrónica y en el rock en general. Otra joya para subir el volumen.
#55 - LA canción de Joni Mitchell. Aunque no tengo el álbum, ya conocía la canción y sí, pega muy fuerte, a pesar de que es mayormente acústica y sencilla. Todo está en esa melodía tristísima pero a la vez esperanzadora que lleva al tema hacia su final, pero a la vez a ningún lugar como dices. Otro clásico.
#54 - Y bueno, ya que la lista ya se puso obvia, este es otro temazo que no podía faltar. La máxima expresión del rock psicodélico, mucho antes de que el mismo rock psicodélico naciera. Una canción que hay que transmitir de generación en generación y blah blah blah... Se me acaban las imágenes y los adjetivos. La duda que me queda es si esto será lo único que veremos de los Byrds en la lista, cuando tienen otros demas igual o más grandes que este. Ojalá no sea el único.
#53 - Y aún otra! Esta porción de la lista quizá se convertirá en mi favorita y me queda la duda si la decena en que está es la apropiada. Clásico tras clásico. Esta vez a cargo de Creedence, por lo que es quizá de las más conocidas para el público en general. Qué se puede decir?
#52 - Que hace esto aquí? Si vas a poner a los putos Beatles en la lista: o les pones todas las canciones en el número 1 o no pongas nada. O al menos, si vas a poner algo de los Beatles tan abajo, no pongas la que es quizá la mejor canción de todos los putos tiempos! En verdad, a este tema le alcanza para cualquier puesto en el top 10. No sólo es una de las mejores canciones en todo el catálogo de los Beatles (que ya es decir mucho) sino que posee el que es (a mi juicio) el momento más hermoso en la historia de la música rock: La cascada de voces que se repite dos veces, a cual más inmortal, que define de una vez y en escasos segundos toda la potencia y poder a la que una canción de rock puede llegar. Un tipo de climax insuperable, que desencadena toda la tensión que el tema ha venido construyendo hasta ese momento y que representa una sensación catárquica, un desahogo sonoro liberador de la presión insoportable de la que trata la canción (sea amor o de drogas, la canción habla de un sentimiento insoportable) que va así:
-Todos: She's so!
-riff + solo de sintetizador
-Todos: Heavyeeeeee!
-riff
-John: (she's so) Heavyyyyy
-George: Heeeeveeee
-Paul: Heeeaaayveeee!!!!
Y la música sube y el bajo y los tambores y! y! climax! y.... bueno, se entiende mi punto no?
Número 52 para esta "experiencia" no puede ser menos que una blasfemia.
#51 - Y para terminar, otro clásico inolvidable. De dónde salió Hendrix? Quién le enseñó a tocar como nadie nunca ha tocado ni logrará tocar la guitarra? Esta canción elegida es el más obsceno de los ejemplos. Lo que hace el tipo aquí es imposible, realmente imposible. Tan genial es, que haberlo grabado en disco y ponerlo a disposición de todos para que los demás guitarristas del mundo lo escuchen, es un acto petulante de arrogancia y fanfarronería que hasta es molesto y falto de cortesía. Maldito Hendrix.
Impresionante colección de canciones. No me queda más que hacer una reflexión: A medida que avanzamos en la lista, más fuera de contexto parece la inclusión de guns and roses. Jeje.
Y bueno Daniel! La lista va mejorando, los Guns (y otros) ya quedaron atrás.
Me alegra que te haya gustado el tema de Jeff Buckley, y que hayas llegado a apreciar Inertia Creeps tanto como yo!
Se viene la segunda mitad, la mitad superior. A partir de ahora comenzamos a entrar en las grandes ligas... ojalá te entusiasmes como yo ya lo estoy!
Lo de poner el país entre paréntesis lo pensé, pero creo que era recargarlo mucho. Trataré siempre decir de alguna forma de que país es la banda.
Sobre tu cuestionamiento, claro, se repetirán bandas y sobre todo compositores que han estado en hartas bandas. Realmente pensé eso al confeccionarla, pero privilegié las canciones por sobre todo, independiente de si ponía muchas de un artista o no. Igual me moderé en ciertos casos. Aparte como decía en el foro, no es que conozca todas las bandas latinas, más que nada son mis "favoritas".
Veo que el ranking ya toma ribetes clásicos. El puesto 60 me alegro el día cuando la vi, que temazo ese.. poco se habla de T-Rex y Marc Bolan en el foro, groso personaje...
No, ya acá hay clásicos. Aunque la de Jeff Buckley no la conozco y la de Joni tampoco, sabes que tengo problemas con la mina esa... Las demás las ubico, pero Creedence me da urticaria.. El resto clásico absoluto. Me da curiosidad saber que tema Beatles consideras superior a She's So Heavy. Un orgullo ver a Massive Atack ahí junto a King Crimson, groso que se rompa el esquema de lo clásico, aunque quizás hubiese propuesto Teardrop, para también darle otro crédito a Elizabeth Fraser.
Es mi comentario más largo de la historia.
saludos.
Concuerdo con Julián: ¡si no aparece cualquier cosa de Something Else, llamo a la policía!
¡Esto se pone cada vez mejor! Me pregunto cómo vas a mantener la curva ascendente con las enormes joyas que pusiste entre las últimas 10 o 15 (pero estoy seguro de que te guardás muy buenas cartas en la manga).
Otro asunto es qué son "canciones de rock" y qué no: ¿a la música de la gran, indefinible, Joni Mitchell le encaja esa etiqueta? El tema da para un debate que no creo oportuno propiciar acá.
PD: ¿Te comiste a los autores de "21th Century..." o es algún guiño que no llego a captar?
1+, me los comí lisa y llanamente. Gracias por el aviso, ya está reparado el error.
[sobre Bang a Gong] "...ya estamos empastados en ese impecable groove sexy que, dicho sea de paso, no se parece a nada que haya escuchado antes o después."
¡Ah! Ud. porque no escuchó "The blues are still blue" de Belle & Sebastian, enorme homenaje a los T. Rex y una de las mejores canciones de los últimos años.
Y un dato menor: a este tema se le asemeja el comienzo de "Ñan fi fru fi fali fru" de los Redondos.
Como que no escuché The Blues Are Still Blues!? Claro que lo hice, y es verdad, se parece a T.Rex, pero ESE groove sexy de Bang A Gong... bueno, ya sabés a qué me refiero...
Va bárbaro, pero si no aparece algo de Spinetta me indigno.
Te aviso eh.
Ojo eh.
Que conozco un tipo que sabe dónde vivís, más o menos.
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