jueves, 28 de junio de 2007

Receta para una canción de blues

El blusero es madrugador. Nada de dormir hasta las cuatro de la tarde cual marmotas, como hacen los rockeros. Así que, a levantarse temprano, bien temprano a la mañana cuando sale el sol. Si canta un gallo, mejor. El gallo es clave. Si se levantan antes de que cante dicho gallo, mejor todavía. Suman un montón.

El blusero labura. No solo labura, sino que se rompe bien el culo. Como el negro que es. De la mañana a la noche, de siete a once, todo el día. Y no es que hay una oficina prolijita con cuadritos modernos ni cosas copadas de vidrio. El blusero suda a pleno sol, la pasa mal. El jefe, para colmo, es un hijoderremilputa y le pagan una miseria que apenas la alcanza para comprar zapatos. Lo que sí puede comprar son anillos y perlas para su mujer (que después lo va a cagar mal).

Nada de autos o pick-ups. El blusero, en tren. El tren, la estación, esperando interminablemente. No hay dónde ir, o no se sabe a dónde ir. No importa; pase lo que pase (que siempre será algo malo) la salida es siempre tomarse el tren y mandarse para alguna parte. Es clave llevar siempre la valija; el viaje va a ser largo. Queda re-bien mirar atrás cuando el tren está partiendo, para explicitar sin vueltas que algo se está dejando atrás. Si es para siempre, mejor.

Es importante tener la mente preocupada. Preocupada por un amor perdido. El blusero tenía una mujer que estaba buena y que, como si fuera poco, lo amaba, que lo trataba bien (una mujer, a no confundirse que el blusero de cepa no anda con troladas). Pero él se encargó de mandarlo todo al demonio, y ahora se arrepiente. Es factible también que sea la mujer la que le hizo mal (a pesar de los anillos y perlas que le compraba); en ese caso el blusero, si bien no deja de llorar día y noche, jamás abrigará deseos de venganza, sino un simple lamento ante Dios por su mala fortuna.

Más o menos con estas cuatro máximas de vida (se pueden tirar por ahí un par de pactos con el diablo, algún consejo del padre viejo, justo antes de morir o no, una gitanita adivinando en los naipes), se tiene la base para una buena canción de Blues. Cualquier otra sofisticación o artificio ya no es verdadero blues. Recordar ir tirando cables a la cuarta y la quinta y cantar con la voz doliente, como si mañana se acabara el mundo.

Porque, no sé si sabían, que mañana se puede acabar el mundo.

sábado, 23 de junio de 2007

Diálogos en el América (II)

No decimos palabra. El bar América se inhala como una mezcla de pan ácimo y madera recién cortada. Mi amigo Ángelo Cassini, como todos los viernes, se toma con sosiego el primer vaso de Fernet. Yo, en cambio, doy los últimos sorbos a un café, mientras me pregunto cómo es posible que éste sea más sabroso en cualquier bar de cuarta (aunque no sea éste el caso particular del América, que es el Queen Elizabeth Dos de los bares porteños) que en mi propia casa. Siempre me hago la misma pregunta y nunca me la contesto. Pienso que debería preguntárselo a Sócrates, a ver qué opina él.

Sócrates: “¡No opino nada estimado Sr. Fernández! Jamás tomo café. Ni alcohol. Sólo cicuta”.

Yo: “Usted, estimado Sócrates, me sorprende; si no me equivoco me acaba de leer la mente”.

S: “No soy quién para determinar si está usted equivocado o no. Lo único que sé es que no sé nada”.

Ángelo: “No la limés más, man”.

S: “Sr. Fernández, ¿Ha estado usted reflexionando sobre su consideración de votar a Macri en el ballotage de mañana?”

Yo: “En efecto. No me han quedado sabores muy dulces de la conversación que sostuvimos el otro día. Usted tiene ciertamente un don para hallar los puntos débiles en los pensamientos de los otros, y meter el palito justo ahí, siempre justo ahí, hasta que todo el edificio se desmorona como casita de naipes ¿Por qué lo hace?”

S: “Para eso me pag… ejem… Solo sé que no sé nada”.

Yo: “Sin embargo estoy bastante seguro de haber dejado las cosas más o menos en claro. Yo dije que vo-ta-ría, nótese el uso del tiempo condicional, votaría a Mauricio Macri por una cuestión experimental, para que su bello discurso que tantos resultados parece haberle dado se desintegre como polvillo. Más que lo votaría, la idea fue sugerir que me interesa, desde un punto de vista analítico, el escenario político de tenerlo como Jefe de Gobierno de Buenos Aires. Nunca sostuve que su figura me simpatizara, y mucho menos que creyera en su propuesta”.

S: “Sin embargo lo ha ubicado en franca oposición a la improvisación de Filmus, acusándolo a este último de ser un designado que llega sin ningún programa a ocupar un despacho para Kirchner. Recuerdo que había acusado al gobierno nacional de competir por la Capital como si fuera una aberración”.

Yo: “No es una aberración. En realidad admito que no hay ninguna razón lógica que diga que el gobierno no debería competir. ¿Cómo no va a competir si es la principal fuerza política del país? Por otra parte, eso que decía de ganar posiciones como en el TEG, es algo inherente al “juego” de la política, con lo cual si usted me aprieta le digo que Mauricio Macri busca exactamente lo mismo. Mi duda en este aspecto se apoyaba, y se sigue apoyando, en la figura de Filmus. Por qué y desde cuándo quiere llegar Filmus a Jefe de Gobierno… lo veo como un candidato forzado, que no está hoy peleando la Capital porque haya sido su voluntad original, sino porque alguien se lo ordenó y porque tiene todo el kirchnerismo detrás dándole una mano enorme. Su carta de presentación número uno es: “Soy el candidato del oficialismo”. El mismo como persona no dice mucho. Su programa o su ideología tampoco dicen mucho. La gente lo va a votar y lo va a dejar de votar basada en su pertenencia al Frente por la Victoria. No hay mucho más para analizar, y ahí va a tener unos cuantos votantes que prefieren votar a Macri antes que cualquier cosa relacionada con el gobierno. Esa es la sensación que me deja. Seguramente exageré al decir que no tiene un programa, pero lo he visto al programa, está en la página de Internet, y algunas cosas todavía son un poco vagas. También hay cosas interesantes, pero me parece muy poco tiempo el que tuvo desde su designación para armar algo que piense que puede llegar a andar. En ese sentido Macri hace bastante tiempo que ha armado su fuerza, de la cual él es el líder: y no lo hizo como Kirchner sobre las bases semiautomáticas de tener la presidencia; es decir, es un candidato más “natural”, y eso independientemente, de la afinidad ideológica que pueda tener con uno y otro”.

S: “No obstante Mauricio Macri mismo ha dicho que se metió a competir por la ciudad porque no tenía chances de ganar la presidencia. Se puede decir que es candidato por descarte ¿Cómo asocia eso a ser un candidato “natural”?”.

Yo: “Tiene usted razón señor Sócrates. No obstante Macri ya participó en elecciones anteriores, en el año 2003 cuando perdió el ballotage con Aníbal Ibarra, con lo cual sostengo que su conocimiento de causa es necesariamente mayor a la de un tipo que, si bien ya tiene experiencia como funcionario, recién hace un puñado de meses que está armando su propuesta para gobernar en Capital. Después uno puede coincidir o no con su discurso, y yo ya dije que su discurso global de que estamos en el peor de los infiernos me parece lamentable y que se nutre de la calentura de los votantes, y no de su capacidad de pensar, de la cual siempre quedan enormes dudas. Queda claro, entonces, que mi supuesto voto por Macri no es porque lo vea como el candidato “natural” (que es sin dudas una fortaleza por sobre Filmus), o porque coincida con su ideología, o admire su figura individual. Lo votaría para cagarlo, hablando mal y pronto. Como es tan solo un supuesto, dado que Macri va a ganar lo vote o no, además de que yo no voto en Capital, me parece que todos mis amigos de izquierda no deberían considerarme un facho en potencia a punto de caer en el lado oscuro de la fuerza, sino tan solo un abridor de latas... Yo quiero abrir la lata que es Macri y ver qué hay dentro. Me parece más interesente que abrir la lata de Filmus, donde ya sé que voy a encontrar al tuerto”.

S: “¿Y qué piensa que va a encontrar abriendo la lata de Macri? ¿Socialismo?”.

Yo: “Justamente ahí radica el interés político de todo el asunto. La gente, desde la vereda anti-Macri, lo asocia rápidamente con el neoliberalismo, el privatismo, la patria empresaria, el laisez-faire económico y la represión. Y admito que hay cierto fundamento lógico a ese esquema, teniendo en cuenta de dónde viene el muchacho. Pero el tipo no va a gobernar una burbuja, Sócrates. El tipo va a llegar a un escenario bastante complejo que merece un análisis atento: por un lado todo lo que tenga que ver con el menemismo, los 90, que Macri de alguna manera encarnaría, está todavía fuertemente desacreditado. Parece haber una onda más “progre” si tenemos en cuenta el nivel de consenso que llegaron a tener ciertas políticas del kirchnerismo, tanto al nivel de la opinión pública (lo que sea que sea eso) como a nivel mediático (todos los medios están con Kirchner) y a nivel político (todos los cadáveres se quieren salvar con Kirchner). Si Macri es más o menos inteligente, por más que tenga a Mussolini en el fondo del corazón, no va a traer el menemismo de vuelta sin más. De hecho, su campaña en general ha tratado de ocultar mucho la onda ideológica, y eso por algo es. El tipo no es boludo. Además, cuando sea Jefe de Gobierno probablemente va a tener que pactar con el gobierno y está claro que no va a andar picaneando a todo el mundo. Al menos no hasta que consiga esa autonomía que dice que va a buscar apenas asuma. Por otro lado, el hecho de que la gente esta vez se haya animado a votarlo, y con el nivel altísimo de porcentajes que sacó en primera vuelta, da para preguntarse si acaso el “noventismo” está empezando a volver, si la gente en general está empezando a pedir un poco más de fascismo, de represión, de mano dura ante los problemas persistentes. Y por eso votan a Macri, a quien, más allá de su campaña, siguen asociando a alguien de derecha que está por la ley y el orden. Puede ser eso. Pero también puede ser, y a mí personalmente me parece más probable, es que Macri haya dado en la tecla y los votantes se estén tragando eso de que él viene sin ideologías a solucionar los problemas concretos. Eso parece sin dudas seductor para un padrón acostumbrado a grandes discursos de principios ideológicos que a la hora de los bifes nunca se traducen en soluciones empíricas. En todo caso, suponiendo que Macri inevitablemente va a traer “aires noventosos”, va a ser interesante analizar cómo va a empezar a jugar esa mentalidad en el contexto kirchnerista, cómo se va a encastrar en un panorama ideológicamente contrario. Qué va a querer hacer Macri y qué no. O también, qué va a poder hacer y qué no. Si va a pulsear con el gobierno para imponer otro paradigma, o si simplemente va a terminar cooptado por el kirchnerismo”.

S: “Justamente, el tema de los problemas concretos también parecía “tragárselo” usted ¿Cómo ha digerido esta semana el tema de ideología vs. propuestas concretas?”.

Yo: “He estado rumiando bastante ese tema, que me parece la cuestión de fondo. Muchos amigos me han dicho que votar según las propuestas concretas de un candidato, independientemente de su ideología, es caer en las telarañas del discurso macrista sin pedir nada a cambio. Y tienen razón en parte; no soy tan ingenuo Sócrates. Soy plenamente conciente de que eso de las “propuestas concretas” es uno de los principales caballitos de batalla de la campaña de Macri. Ahora ¿Cuál es el primer impulso desde la izquierda? Pensar que como viene de Macri, se trata todo de un chamuyo barato para ocultar sus diabólicas intenciones de reprimir y privatizar. Y chau. Esa, Sócrates, me parece una postura bastante miope; y no porque crea que Macri vaya a cumplir todo lo que propone, ni porque crea que el tipo realmente venga sin ideología, sino porque a la luz de sus resultados, hay que detenerse a analizar seriamente cómo su discurso supo capitalizar una preocupación social por las soluciones concretas que evidentemente está, existe. El analista vago va a decir: los votantes de Capital son todos fachos, los odio a todos, qué tipos de mierda. Y listo. Un análisis realmente pobre, dualista: la gente votó a un facho, la gente es facha. Case closed. Yo, en cambio, creo que la mayoría de la gente que votó y va a volver a votar a Macri no quiere necesariamente que les den con palos a todos los piqueteros o que deporten a todos los bolivianos. Puede ser que siempre un poco de eso haya, pero no tenemos que desatender la pregunta de cómo pegó el tema de las soluciones concretas, de las propuestas más allá de lo ideológico. Y a partir de esa pregunta, buscar un análisis un poco menos obvio que decir “todos los que votaron a Macri son fachos”. Las cuestiones son: ¿Qué estado de las cosas determina que tanta gente haya sido seducida por ese discurso? ¿Hay realmente una superación del tema ideológico?”.

S: “Sin embargo, el viernes pasado usted decía coincidir con ese discurso, y poco después condenaba el voto a Macri diciendo que la gente evidentemente era estúpida. No parece un análisis muy sabio a la luz de lo que nos está diciendo ahora, además de ser contradictorio. ¿No lo cree Sr. Fernández?”.

Yo: “Veo, Sr. Sócrates, que está empecinado en llegar al corazón de mis argumentos. Veo que quiere destrozarlos. Pero tenga cuidado: se las tiene que ver esta vez con un formidable rival”.

S: “Miedo y terror me invaden este preciso instante. Pero continúe, Sr. Fernández. Ardo en deseos de conocer su respuesta”.

Yo: “No arda estimado Sócrates. Con la cicuta tiene suficiente ardor. Bien. El discurso de Macri tiene dos aristas. Por un lado nos quiere convencer de que la ciudad es un caos total, un desastre. Es lo que dijo en el debate, y lo que dice en varias entrevistas. En ese punto no coincido. Buenos Aires tiene problemas lógicos inherentes a toda megalópolis deforme y desproporcionada. Son problemas, es cierto. Algunos son bastante serios, es cierto. De ahí a que sea el infierno total que sugiere Macri en su discurso hay una importante brecha. Yo vengo a Capital todo el tiempo. Hay cosas que están mal, pero sigue siendo en esencia una ciudad muy habitable. Salvando, claro está, a una minoría que vive en villas. Pero para la clase media, que es la que lo vota, es una ciudad habitable. Ahí es donde veo en Macri un discurso barato, previsible, distorsivo, que lo que busca es apelar a la gente que anda con miedo, que se calienta, a la gente que vota con la víscera y que exagera todo. Hay un paro de subtes un día y es el fin del mundo. La gente se calienta y se le queman las neuronas. Esa es la lógica, y ahí si puedo decir que si la gente se come ese verso, entonces la gente es medio pelotuda”.

S: “Lo sigo atentamente”.

Yo: “Pero esa arista es secundaria, es solamente uno de los aspectos que toma su discurso más fuerte… que es que la ciudad tiene problemas, y nosotros, Mauricio y Gabriela, vamos a solucionarlos. Tan simple como eso. Filmus también habla de problemas y soluciones, pero Filmus se basa en discursos sobre los derechos humanos y el imaginario progresista, y recurre al truco elemental de mostrarnos a famosos que supuestamente lo van a votar (Referentes comprometidos del progresismo argentino como Alejandro Fantino y Horacio Fontova, por poner un par de ejemplos). Qué me prueba a mí que Víctor Heredia lo vote a Filmus. Qué me dice sobre lo que va a hacer Filmus con los problemas de la ciudad. No mucho. Apela afectivamente al imaginario del votante de izquierda o progre. Es un truco viejo que no solo ya fue usado con Ibarra (y sabemos en qué terminó Ibarra), sino que hasta diría que no es inteligente. El tipo que ve a Víctor Heredia y dice “ya está, lo voto a Filmus” es el tipo que se corta las manos antes de votar a Macri. Es decir, ya es un votante cautivo. ¡¡¡Filmus tiene que convencer al tipo que tiende a decidirse por Macri!!! Y a ese tipo ni a palos lo convencés mostrándole una foto de Víctor Heredia, ¡Y mucho menos de Alejandro Fantino!”.

S: “No tengo nada que objetar”.

Yo: “Macri trata de evitar ese tipo de conceptos ideológicos. Habla de soluciones concretas mientras la ideología pierde peso. Se puede decir que él mismo flexibiliza su condición de “candidato de derecha”, dice que eso no importa en tanto él es solamente un tipo que tiene un programa concreto para solucionar problemas concretos. Por eso hace esas maratones de propuestas y toda esa onda. Y ahí me parece que si esto tiene pegada por algo es, por algo muy importante, muy serio, que Macri supo interpretar en el colectivo social, y que va más allá de la tesis de que la gente es idiota, fascista y se come cualquier cuento. Ahí tenemos que buscar las razones. La postura de Macri en principio parece coincidir con ese discurso de derecha tan común de “lo ideologizado” como algo negativo: ejemplo: “No, ese tipo está demasiado ideologizado”. Yo digo, perfecto que esté ideologizado. Sin ideologías a dónde vamos a parar, digo yo. Pero después sale el discurso automáticamente especular, que dice que todo es ideología. Es el discurso típico de la izquierda. Todo es ideología. Y es un discurso interesante, debatible, pero a la hora de la verdad, a la hora de ir a votar con los problemas cotidianos a cuestas, cuánto termina pesando la ideología. Tradicionalmente mucho, históricamente se votaba con lo ideológico y no había problema, pero Macri ha sabido interpretar que eso como que está dejando de funcionar. Se nos han vendido tantos discursos ideológicos que después en la práctica terminaban siendo cuentitas de vidrio. ¿Qué pasó con el “progresista” Ibarra? Su gestión terminó avalando que mueran casi doscientas personas porque alguien quiso hacer mejor su negocio. Los votantes se cansaron un poco de eso… y ahí ya no los puedo acusar tanto. Porque yo mismo si me quiero parar ahí digo… claro, no vas a extender los subtes con derechos humanos. Los vas a extender con la competencia necesaria. Ahí necesitás a alguien competente y con voluntad. Puede ser Trosky reencarnado o Milton Friedman resucitado. Da lo mismo si sale y hace las obras necesarias. Creo que eso es lo que está circulando, lo que Macri supo explotar a la perfección. Y creo que algo de eso es legítimo. No es ilógico votar una gestión que tenga resultados visibles. Es verdad que a veces Macri suena medio tonto hablando de “una ciudad linda, etc.” pero lo cierto es que eso está, guste o no guste. Yo camino por la calle, y digo “qué sucia que está, porqué nadie es capaz de hacer algo concreto y útil para que gente sea un poco más limpia”. Lo digo yo, y no me avergüenzo para nada. No soy facho por pensar eso. Y fíjese que de pronto paso por Retiro y veo la villa 31. Unos dirán, “qué los deporten a todos y a los que quedan le prendan fuego”; yo digo “Que les den trabajo y una vivienda digna”. Ahí está la ideología, pero por debajo está el sustrato común: “que se haga algo”, porque siempre está igual. Y Macri no sale y dice “los vamos a deportar a todos”. Dice “vamos a hacer algo”. Y ahí se lleva a los votantes, sean de derecha o más progresistas. Neutraliza el tema ideológico. Estas cuestiones son las que están teniendo su peso al momento de votar, y no si te vota Víctor Heredia, Estela de Carlotto o la Madre Teresa. Si la gente vota a Macri no es porque sean todos fachos, sino porque evidentemente los gobiernos anteriores, barrocos en el discurso ideológico, no han sabido capitalizarlo en obras concretas. No quiero caer en el populismo de decir “en esto la gente tiene razón”, pero evidentemente las cosas pasan por algo, ya eso quiero ir. Nosotros desde nuestros púlpitos letrados podemos fustigar esta desideologización, quedarnos preguntando “¿A dónde fueron los valores?” Pero lo cierto es que la percepción es otra, y el que la ha sabido encontrar mejor que nadie es Macri. Habría que ver cómo hacemos para que las ideologías que defendemos no queden en simples discursos baratos y ayuden a crear la sensación de que las cosas que necesitan solución se solucionan”.

A: “¿Dónde votabas vos, Federico?”.

Yo: “En San Isidro”.

A: “¡¡¡AH SOS UN CHICO PRO!!! Ahora entiendo”.

Yo: “Según veo te dejás seducir por esos estereotipos arcaicos más usados que un forro. No tenés nivel alguno para discutir conmigo”.

A: “Aflojá mariconazo… era una broma. En realidad lo que decís es interesante, pero hay otra cosa de Macri que fastidia mucho a la izquierda más allá de su intención de ocultar lo ideológico, que es esa onda “light”, dolorosamente banal, que pretende imprimir en su lugar. ¿Vos entraste a la página web de PRO? Si no la viste, te la recomiendo, no tiene ningún tipo de desperdicio. Vos ves esa página y si tenés media neurona Macri se hace automáticamente invotable. En la portada hay un menú con opciones como “Sumá un amigo a PRO”, “Mandanos tu foto”, “Mandanos tu video”, “Votá la mejor foto”, “Votá el mejor video”. ¿Qué mierda es eso? ¿Un casting para American Idol? Si vas al link para votar la mejor foto, aparece cada pelotudez que asusta. Los chupamedias de Macri mandan fotos de sus bebés con la camiseta de Boca, de sus perros, sí, de sus malditos perros, fotos de un arco iris tipo almanaque zen, cualquier verdura… Hay mucha chica linda con gafas oscuras, mucho pendejo bien empilchado, mucha vieja con cara de bisturí. Hay mucho yate, mucha estancia, mucho veraneo en la playa. Una manda una foto de Puerto Madero, con la consigna “todos los barrios deberían ser como Puerto Madero”. Ahí tenés quiénes votan a Macri. Ahí tenés la ideología. Solo falta una rubia bronceada con la consigna “Miami también es pro”. Parece el foro de un club de fans histéricos que no tienen una mínima idea sobre lo que es la política, y que además remiten a toda una cultura, una cultura light, aburrida, vana, incapaz de articular medio pensamiento; todo ese resabio del consumismo menemista que vuelve por sus fueros. Es desolador. Ya no sabés si son una secta new-age o una propuesta política. Después tenés una lista de todo lo que es PRO. Esa lista a mí me parece clave porque por un lado muestra la hilacha de algunas de las cuestiones ideológicas que según vos Macri pretende ocultar, como por ejemplo “que se pueda volver a circular por las calles”, o “terminar con la puerta giratoria en las cárceles”. Y también, hay boludeces atroces como “Que el equipo de fútbol más popular de la Argentina sea admirado en el mundo”.

Yo: “Leí esa lista. Es un artefacto discursivo interesante que amerita discutirse punto por punto. Hay cosas bastante triviales, otras bastante ideológicas, y otras con las que en principio no disiento. Me parece interesante para discutir punto por punto. En cuanto a lo de las fotos, es bastante chocante, pero no te olvidés que el “chetaje”, es solo una porción de los votantes. No te olvides que sacó mayoría en todos los barrios. Hay muchos otros votantes de Macri que no saben lo que es un yate, por lo cual no podés reducir el voto macrista al menemismo nostálgico. De todas maneras, es un punto válido y obviamente que Macri y esa clase social se identifican sin problemas. Y el problema es que cada uno vota por diferentes razones. Lo que está claro es que el voto ideológico está en retroceso, ya sea a favor de la solución concreta o a favor de la camaradería de clase. El problema para nosotros, los "amigos de las ideologías", es saber qué está fallando. Porque yo también soy ideológico. No soy un absolutista de las ideologías, pero creo que son inexorables, y creo necesario que los ciudadanos sean capaz de pensarlas. Así que sí, me considero un "amigo de las ideologías”.

S: “No más preguntas por hoy. Tanto blablablá y tanta cicuta están empezando a hacer efecto”.

jueves, 21 de junio de 2007

Tus murallas de Dis

O tal vez para vos, amor de los arcos, de los tiempos oscuros
en los que me perdía bajo tu piel de amianto o en tus babas ilícitas
Donde se ahogan ahora las serpientes que solían colonizar tus belfos
Horadándome en la arena bajo la cruel medianoche de tus parpadeos
E invitándome a pincelar la cordillera de tu espina con mis dígitos,
patinando sobre el planisferio de tu espalda
Ginebrina de ojos isósceles, ataviada con alas de arcángel
Serena de los impíos apuntándome desde fantasmales atalayas
Tus brazos como dos hélices, tus ganglios como mil gotas
Me escaparé cabalgando calle abajo por aldeas muertas entre colinas
en aeropuertos abandonados donde cantan los grillos
en moribundas abadías de mágicos transeptos vacíos
en museos anegados de pergaminos color oliva
y en pétreos desfiladeros quebrados por los látigos de la sequía
Y aún en la distancia, como un pasajero olvidado
Acalambrándose con la anestesia de tu divisar telescópico
Y en el coagular de tus apologías endócrinas
Antes de que decline como siempre el calibre de mis dogmas
Cuando ante el anverso de tus mejillas y tus pliegues preceptores
y billares en la cavidad de tu boca,
y seres cónicos alumbrados de tus fuentes,
Se empujen mis demonios hacia el vacío bíblico, hacia la nada
Volviendo por la rambla del orillero, en atardeceres
Y entonces refundarás Pangea, serás más que los años
En las vertientes de tus rincones mineros, del sismo en tus tetillas
De tus ángulos crucificados en la cáscara del estandarte
donde los caídos siguen celando tus murallas de Dis,
instruidos para repeler las caballerías de Troya
Y tu halo como un suburbio,
haciendo metástasis en praderas que no cicatrizan
Y tu pescuezo como un istmo,
buscando la caricia del oleaje en lo poco profundo
Y tu silueta como una constelación,
esculpiendo una ramera bajo los harapos
Tintes de antigüedad en tu remoto acento extranjero,
como hongos en tus muelles
Y fisuras en esas lágrimas recién aprendidas
O bien en quien vigila la réplica de tus cromosomas
Esa que te devolverá la vida sin que lo notes, sin que lo desees
dejando trunco el descenso a tu averno
Tu catacumba infinita regada de estrellas.

sábado, 16 de junio de 2007

Diálogos en el América (I)

Como todos los viernes luego de caer el sol, comparto unos tragos con mi amigo Ángelo Cassini en el casi desconocido bar América, ubicado sobre la terraza del edificio más elevado de Buenos Aires. Desde lo alto, la capital es una gigantesca medusa luminosa y sus destellos cetrinos parecen ir destejiéndose en la distancia vacía. La medianoche de junio es helada como el ártico. Como el ártico, también, un ánimo sombrío me pesa por dentro. Después de un rato sin hablar, durante el cual solo ha sonado la voz de Fiorella Manoia, Ángelo Cassini me hace un gesto con el mentón, señalando un punto incierto a mis espaldas. Es entonces cuando se desarrolla el siguiente diálogo.

Ángelo: “Sócrates”.

Yo: “¿Acá? Qué raro”.

A: “Sí”

Yo: “Invitalo a nuestra mesa”

A: “Para qué. ¿Lo conocés, Federico?”

Yo: “Ni siquiera le ví la cara”.

A: “Está solo”.

Mientras, dibuja tréboles en su empañado vaso de Fernet. El cielo está limpio y regado de tinta negra. Las estrellas ecuatoriales dibujan una montura sobre el Brasil: Antares la roja parpadea como enunciando un mensaje en código morse. Está viva.

A: “Federico, Sócrates. Sócrates, Federico Fernández, un amigo mío de por ahí. Él mismo insistió para que venga a compartir la mesa con nosotros”.

Sócrates: “Siempre un gusto. Ya nos hemos visto anteriormente, de todas formas”.

Ángelo me mira con una tormenta en sus ojos, pero enseguida un soplido resignado diluye su dentadura. En ese momento alguien ha dejado música de Gilberto Gil; el bar América se encuentra prácticamente vacío. Y aún así, sus paredes marrones agobian, sus severas cenefas de color desierto. Todo es interior. Sócrates se sienta entre Ángelo y yo. El mozo pasa como distraído a nuestro lado.

S: “Cicuta, por favor”.

Ángelo aprovecha y pide otro Fernet. Yo solo quiero un vaso de soda fría, pero no pido nada.

S: “A quién van a votar… ¿Filmus o Macri?”.

Yo: “En realidad yo no voto en Capital, así que me ahorro la engorrosa tarea de tener que decidirme por el menos peor”.

S: “Bueno, entonces… ¿A quién votaría si tuvieras que votar, Señor Fernández?”

Yo: “Antes habría dicho que a Macri. Pero últimamente ya no estoy muy seguro”.

A: “¿A Macri? Esa es buena…”

S: “¿Cuándo es “antes”?”

Yo: “Antes es antes de la primera vuelta. Bastante antes. Digamos que no tenía ningún motivo en especial para votar por ninguno de los tres, y sinceramente me cuesta pensar que alguien realmente los tenga”.

S: “Entonces por qué Macri”.

Yo: “No sé. Digamos que para que demuestre algo. El tipo habla mucho todo el tiempo, dice que él tiene un proyecto. Bueno, si tenés un proyecto lo quiero ver. Entonces lo voto. Es para ver si cumple o no, para ver si es distinto o no. No es que tenga mi crédito, conste, porque yo por definición no creo en nadie que sea canditato a algo. Para mí votar a Macri sería una especie de experimento”.

S: “Los otros candidatos también tienen proyectos. Filmus también tiene proyectos. ¿O no?”

Yo: “No. No tiene proyectos. Tiene consignas: vote salud, vote educación, vote seguridad… Es decir, generalidades recontra-obvias que ya escuché mil veces y que, la verdad, no entiendo cómo siguen usándolas, o mejor dicho, porqué les seguimos creyendo. En no-sé-cuántos días de campaña no me queda claro qué piensa hacer Filmus con la gestión de la ciudad. Solo sé que descubrió que Telerman publicitaba como suyas obras que se están haciendo en Avellaneda. Por lo demás, me parece solo un tipo al que vino alguien y le dijo: “vos vas a ser candidato a Jefe de Gobierno de la Ciudad” y el tipo contestó “bueno”, seguro que porque no le quedaba opción. No podés armar ningún proyecto significativo en tan poco tiempo y sin tener vos la iniciativa. El tipo se manda porque tiene al gobierno nacional detrás. Esa es su carta. Vote a Kircher. La idea es llegar, como en el TEG ¿Vieron? Llegás, tenés la posesión de un territorio, y está bueno porque desde ahí podés saltar a otro, pero en ese territorio no hacés nada. Filmus va a llegar al despacho y va a preguntar “Qué onda ahora, che”. Que es lo que hacen todos. Quieren despachos, quieren bancas, quieren todo eso, pero no porque tengan mucho para hacer. El despacho en sí mismo, la banca en sí misma los re-calienta. Saben que a partir de allí tienen para hacer todas las tramoyas”.

S: “Sin embargo, si Macri no tiene su crédito, como decía usted antes,… cuál es el sentido de ver si cumple o no cumple, si es distinto o no. Si no le cree, es porque cree que no va a cumplir”.

Yo: “Bueno… sí... Pero lo votaría como para quemarlo. Para que quede demostrado que es un politico berreta más, al que solo le interesa el poder y listo”.

A: “Man! Qué razón rara para votar a alguien. Es como si ahora se presentara Hitler y yo dijera: no me gusta mucho Hitler, pero lo voto para que mate a todos los judíos, a todos los putos y travestis, a todos los zurditos y así quede probado que es un facho y nadie lo quiera. Medio pelotudo lo que decís, Federico”.

Yo: “Sí, pero no tanto. Si Macri se quema en la ciudad no corremos el riesgo de que después sea presidente. Imaginate que gana Filmus y después Macri, por un golpe del destino (igual que Kirchner), llega intacto a presidente. Ahí nos la vamos a tener que bancar ¿eh? Mejor probar en la ciudad. Si se quema, ya está, se quemó solo. Y si le va bien… cosa que no creo… pero si le va bien, bueno, en ese caso no tendríamos que temer tanto. Pero como le va a ir mal, o más bien, no va a demostrar nada importante, nos aseguramos que las cagadas las haga en la ciudad y no en el país entero. Acordate de Lopez Murphy. No lo va a votar nadie nunca porque en el brevísimo lapso en el que estuvo en el ejecutivo anunció recortes presupuestarios de todo tipo. Quedó asociado a eso. Ya está. Nadie que quiera salir electo va a andar hablando de recortes a la gente. De la misma forma, nadie va a votar a Macri si prueba en la ciudad todo lo malo que hoy dicen de él, por ejemplo”.

A: “Man, lo decís como si lo de Menem ganador en primera vuelta en 2003 nunca hubiera pasado. O como si Macri no hubiera hecho nada, justamente, en la época de Menem. Se ha votado a cada uno acá, y más de una vez. No es que hacés algo mal y ya todo el mundo se da cuenta y no te vota más. Lamentablemente, nos convencen con cualquier gilada y esconden toda la mierda bajo la alfombra. Y nosotros vamos y OK, los votamos. Fijate que Macri se cansó de hacer negociados millonarios con el gobierno menemista y nada, se presenta y 46% saca. Además, es diputado… quiénes entre quienes lo votaron tendrán una mínima idea de qué hizo como diputado. No importa. Van y 46% de votos le dan, ¿Entendés?”

Yo: “Tenés que entenderme vos. Si me dicen que tengo que elegir a alguien no voy a tirar los dados. Alguna razón tengo que buscar. Y la que encuentro yo es: quiero ver qué hace Macri. Me interesa ver qué hace. Ojo, no te digo: “me interesa darle una oportunidad”, te digo: “me interesa ponerlo en esa situación delicada”. Además es el único que más o menos habla de las cosas tangibles. La ciudad se inunda, bueno, nosotros vamos a arreglar las inundaciones, dice Macri. Yo digo: no va a arreglar un carajo… pero es una apuesta, suya y mía, y quiero ver quién gana”.

S: “Un experimento, un juego de apuestas. Se ve que se lo toma usted en serio, Sr. Fernández”.

Yo: “Cómo quiere usted que me lo tome, Sócrates. Tengo fuertes objeciones para ambos candidatos, así que por mí no votaría a ninguno. Alguna razón tengo que utilizar. Si es por un juego, por una apuesta o un experimento, bienvenido sea. No la caretiemos, Sócrates: hoy en día votar en la Argentina es un experimento o una apuesta. Los dos, de alto riesgo. Yo lo único que hago es agregar la novedad de apostar negativamente”.

S: “Pero de esa forma está, en definitiva, dándole al tipo exactamente lo que quiere. Usted lo votaría no porque le cree, sino para “ver qué onda”, pero viene luego el Sr. Macri y lo que le dice es: “muchas gracias”. ¿La razón de la ideología? ¿No sirve?”

Yo: “Sí, pero no mucho. De hecho, si fuera por la ideología es obvio que simpatizo muchísimo más con Filmus. Filmus siempre me pareció un tipo serio, mucho más serio y pensante que Macri, solo que tiene ese problema de que es él como podría haber sido cualquier otro ministro elegido a dedo por Kirchner. Las ideologías siempre influyen, pero hay que pensar un poco: montándose sobre las ideologías te venden cada cantidad de humo que da miedo. Y si nos descuidamos también nos terminamos vendiendo humo a nosotros mismos, lo que es mucho peor. Está muy bien tener ideologías, pero la ideología no es, no debería ser, un tema de fanatismo o de aguante, como el cuadro de fútbol del que somos hinchas. No me gusta eso de que como soy de izquierda siempre voy a votar al candiadato más de izquierda que haya disponible, sin importar quién sea ni qué ofrezca, suponiendo que la definición ideológica – como antes los partidos – determina unilaterlamente todo lo que va a venir después. Porque no es así. ¿Cuántos dirigentes “progresistas” o “de izquierda” cuando llegan al poder se la pasan haciendo negocios, nombrando amigos y reprimiendo manifestaciones? ¿Cuán “de izquierda” son realmente Lula Da Silva en Brasil, Michelle Bachelett en Chile, o Tabaré Vazquez en Uruguay? A lo que voy es que hoy en día, por más que nos pese, al votar por una ideología no estamos votando una serie de programas concretos y bien definidos que apuntalan esa ideología, sino que estamos votando a un individuo con sus intereses individuales que solo tiene un discurso que nos gusta. Además, ¿Qué diferencia existe hoy en día votar por izquierda o derecha? Qué diferencias sustanciales va a haber. Hoy en día, y por muchos años, el mercado es el que manda. Y mientras sea así, muchas cosas complicadas que tienen que cambiar no van a cambiar”.

A: “Bueno man, no habrá diferencias sustanciales como vos decís. Pero hay diferencias. Mínimas como sean siguen siendo una razón mucho más interesante que votar a Macri para ver a ver qué hace. Porque, además, para ver a ver qué hace me parece igual de interesante ver qué hace Filmus. Ver si hace una gestión interesante o no. Si se reafirma como un muppet o si se anima a hacer su propio gobierno, a emerger como figura fuerte. Lo que digo es: si vos votás a Macri votás a un tipo que, por ejemplo, piensa, y además lo dice, que hay que reprimir la actividad de los cartoneros. Con Filmus votás casi lo contrario. Tu posición en ese tipo de cuestiones delicadas tiene que pesar a la hora de ir votar. Si te descomprometés así estás directamente tirando el derecho de voto por la basura”.

Yo: “Estoy de acuerdo y no estoy de acuerdo. Yo pienso que el tan mentado voto es una mentira para que pensemos “copado che, con mi voto decido el futuro del país”, cuando en realidad las cosas grosas del país se deciden por gente que no conozco sin que yo me de cuenta, vote a quien vote. Además yo voto una serie de opciones limitadísimas que son lo que hay. Te dicen: “elegí entre Macri y Filmus”. Punto. Yo no tengo ningún medio que me permita elegir a alguien mejor que esos dos. Como si fuera poco, después esos tipos nombran una legión de chupasangres que pueden ser buenos, muy cada tanto, pero que también pueden terminar haciendo todo tipo de mocos, que es lo más probable. Y yo no tengo forma de fiscalizar eso. O sea que esa “fiesta cívica” del voto, por mí que se la metan en el tuje. Quiero decir, desde que empecé a votar lo hice siempre con la sensación de que no tenía demasiada importancia. Es cierto, después llega una persona u otra, y están las diferencias que vos decís… pero justamente a eso voy. El tema de si se reprime o no a los cartoneros no es que sea secundario. Es importante, y si me preguntás a mí me parece una locura pensar en reprimir a los cartoneros. Pero hay muchos otros problemas, problemas muy concretos, que tiene la ciudad, que no se solucionan con ideología. No es cuestión de ideología, por ejemplo, ponerse las pilas para solucionar el tema de las inundaciones. Cualquier tipo medianamente capaz lo hace, independientemente de qué piense sobre el mercado, el trabajo y la propiedad de los medios de producción. Yo lo que necesito es eso. Si vos me decís, tal candidato es de derecha pero en tres años me contruye dos líneas de subte nuevas, que es la cosa concreta en donde yo voy a ver la gestión, entonces que venga el candidato de derecha. Yo puedo tener ciertas ideas de izquierda, pero no tengo porqué satanizar a alguien que piensa diferente, y menos si es alguien que de repente puede hacer una buena gestión gubernamental. Yo busco eso, busco tipos que sepan gestionar… Después, lo que piensen o dejen de pensar sobre las grandes cuestiones ideológicas, se debatirá o no”.

S: “Parece usted suponer que la cuestión ideológica está totalmente separada de la gestión. No obstante he aquí una pregunta. Supongamos que Macri te construye dos líneas de subte en tres años… Supongamos que termina la línea H y la F también. Pero además empieza a perseguir a los cartoneros y a meterlos presos. Alguien te dice que va a ser así, y lo damos por hecho. ¿Lo votás?”

Yo: “Sabiéndolo, no lo voto”.

S: “Pues bien, está entonces admitiendo que las cuestiones ideológicas sí importan, y mucho. Porque en este caso una simple cuestión ideológica entre tantas determina un no rotundo de su parte, Sr. Fernández, aún con esa buena gestión de infraestructura que tanto pretende usted reivindicar”.

Yo: “Sí, ok, lo ideal sería que construyan las líneas de subte y además tengan políticas concretas para no reprimir a los pobres cartoneros. Pero por eso mismo le decía antes que el rango de opción es muy pobre. Porque ya sé que Macri piensa, o lo ha dicho alguna vez, en reprimir a los cartoneros pero tampoco tengo indicios claros de que vaya a ampliar la red de subtes o a mejorar el tema innundaciones”.

A: “Entonces lo votás a ver qué onda. Bien ahí”.

Yo: “OK, tienen razón. Igual no creo que Macri reprima a ningún cartonero. Otra apuesta que me gustaría ganar. De todas formas ustedes dos se olvidan de que había dicho que esto era antes. Después realmente aborrecí el discurso fatalista que trae Macri; habla de caos, de que la situación en la ciudad es horrible, que está hecha un basurero y que matan gente todos los días; según su discurso pareciera que Buenos Aires es la peor ciudad del mundo para vivir. En vez de decir, “hay algunos problemas y tengo la solución”… no, dice que estamos casi al borde al apocalipsis ¿Realmente somos tan imbéciles? Parece que sí, digo, por los votos que sacó con ese discursito tan berreta. Después claro, si uno sigue y se pone a pensar y a pensar y lo único que queda es votar en blanco”.

S: “¿En blanco? Si descartó usted al Sr. Macri a pesar de que en principio lo votaba… ¿Por qué no Filmus?”

Yo: “Filmus me cae bien, como dije antes. Pero pertenece al gobierno nacional, que ya no me cae tan bien. Y haga lo que haga no puedo evitar a verlo a Filmus como una improvisación del gobierno nacional para copar la parada en Capital. El tipo tiene que prometerme que cuando llegue se va a hacer el boludo, en el mejor sentido del término, y no le va a dar bola a nadie más que a sus convicciones. Pero aún si hiciera eso ¿Es un tipo capacitado para ejercer él solo el ejecutivo? No sé, quizás si mañana entrara al cuarto oscuro, y repito que en realidad no voto acá, lo voto a Filmus. Pero son demasiadas preguntas sin respuesta”.

S: “No hacen falta respuestas. Hacer preguntas es más inquietante que responderlas. Si todo el mundo se hiciera las preguntas que nos hacemos hoy acá, los políticos como Filmus o Macri estarían en serios problemas”.

A: “Celebremos entonces estas preguntas. Y propongo juntarnos todos los viernes, acá, en el bar América, para seguir debatiendo éste u otros temas”.

Levantamos nuestras copas sobre nuestras cabezas. Mi ánimo sombrío comienza a disiparse ya, como si los vapores del alcohol lo hubiesen envuelto en mimos. Miro el reloj: son las dos de la mañana del 16 de junio de 2007. Le pregunto a Angelo, “Y vos por quién vas a votar”.

A: “Man, por Macri, a ver qué hace”.

Me hace un guiño burlón y se echa un par de tragos de Fernet. Un bostezo me recorre la tráquea hacia abajo, llenándome de un aire que busca en vano renovarme. Solo el sueño, pienso, me tendrá un poco más vivo mañana a esta misma hora. Desde el bar América, mientras tanto, se contempla la madrugada fría y todavía envenenada de oscuridad.

domingo, 10 de junio de 2007

YouTube sobre el trípode (I)

"Breath" - Pere Ubu se rinde a las veleidades del pop (y por qué nadie dijo que Lavagna tocaba la viola?):



"Ashtray Heart" - Al Captain Beefheart se le acabaron las píldoras (hace rato):



"In The Name Of The Holocaust" - Díganle a John Cage que el piano no tiene la culpa:

miércoles, 6 de junio de 2007

Proclama para la Nueva América (Excluye Guyanas)


Si bien el hado propicio coronó nuestros votos y anhelo en la copia feliz del Edén, están indignados tus hijos del yugo que te impuso la ibérica audacia. Hoy, que el progreso acaricia tus lares al compás de una sublime canción, se sabe que ni opresores ni siervos alientan donde reinen unión e igualdad; ese será el voto que el alma pronuncia y que heroicos sabremos cumplir, porque la libertad derrama las auroras de su invencible luz sin olvidar el estruendo de roncas cadenas que escucharon tres siglos de horror. Más si osara un extraño enemigo profanar con sus plantas tu suelo, verás a tu pueblo valiente y viril la tosca herramienta en arma trocar. La grandeza se anida en sus pechos, a su marcha todo hacen temblar, y desde el Empireo del Supremo Autor, o sol da liberdade, em raios fúlgidos brilhou no céu da Pátria. Ojalá que ni haya esclavos que llaman el yugo ni tiranos que escupan tu faz, ahora que en tu suelo ya no ruge la voz del cañón. Porque fue obtenerla su eterno problema y conservarla es su gloria mayor, por eso, bajo un lampo de cielo por un bloque de nieve cruzado, ya no quieran con cadenas vivir.

Guayaquil, 26 de julio de 1822

Letra chica: los abajo firmantes no se hacen responsables de las tropelías y desatinos que puedieran emprender los representantes de las generaciones futuras en el ejercicio del poder sobre las naciones americanas. Si acaso aquellos que carguen con los destinos de la nación y velen por la justicia no honrasen el desempeño que la patria les haya encomendado, serán los ciudadanos libres del mundo quienes impugnarán sus mandatos con la soberanía de sus tarjetas de crédito. Los abajo firmantes tampoco se hacen responsables de los golpes de estado, conspiraciones y genocidios que pudieran llegar a acometer los altos mandos militares en cruzadas mesiánicas que, alimentadas por la febril combustión de espaldarazos oligárquicos, quisieran en nombre de la patria secuestrar intereses populares irrenunciables. En caso de ocurrir, habrá volver al arte de la guerra civil sin caer en la tentación de bolchevismos doctrinarios. La realización de los pueblos dependerá exclusivamente de los pueblos, y aunque los abajo firmantes han hecho grandes sacrificios por el futuro de estas jóvenes naciones que al mundo despuntan hoy, es hora de unas merecidas vacaciones en el exilio.

martes, 5 de junio de 2007

Solucionador de problemas

Solucionador de problemas para la impresora XXX
NOTA: el estado de fábrica de la impresora puede diferir del de la imagen de abajo.


PROBLEMA: La impresora no imprime.

SOLUCIONES:

a) Probablemente no haya encendido la impresora. Compruebe que la impresora esté encendida. Si está apagada, enciéndala (para ello debe presionar el botón de encendido). Si aún así la impresora no se enciende, compruebe que esté correctamente enchufada a su red de electricidad doméstica. Si está desenchufada, enchúfela y luego enciéndala. Si no encuentra un enchufe cerca, siga buscando hasta que encuentre uno. Cuando encuentre uno, enchufe la impresora y no se olvide luego de encenderla. Si se olvida de encenderla, acuérdese.

b) Es posible que no haya enviado ningún documento a imprimir. Abra en su ordenador el documento que quiera imprimir; seleccione “Archivo” en la barra del menú y luego “Imprimir”. Recuerde que para que la impresión sea visible debe haber algo escrito en el documento. Si el documento está en blanco, escriba algo utilizando el teclado que viene con el ordenador (ejemplo: quiero a mi mamá). Si quiere imprimir una foto, es conveniente que ésta haya sido previamente tomada con una cámara fotográfica y correctamente digitalizada en un documento de imagen.

c) Compruebe que haya puesto papel en la bandeja de entrada de papel de la impresora. Recuerde que no podrá imprimir a menos que haya papel en la bandeja de entrada de papel. Si no hay papel en la bandeja de entrada de papel, ponga papel (ver p. 20). Si no tiene papel, cómprelo en su proveedor habitual de papel. Recuerde que XXX recomienda papel XXX satinadum premium® para un óptimo rendimiento de la impresión sobre papel.

d) Es posible que no haya instalado los cartuchos de impresión, que estos estén mal instalados, o agotados. Compruebe que los cartuchos de impresión estén instalados en la impresora, que estén bien afirmados y que no estén agotados. Recuerde que sin cartuchos de impresión no podrá imprimir. Si no ha instalado los cartuchos en la impresora, instálelos según el procedimiento ya descrito (ver p. 24). En caso de no tener cartuchos a mano, cómprelos en su proveedor habitual de cartuchos. Recuerde que XXX recomienda cartuchos originales XXX ultra-hyper-carum® para un óptimo rendimiento de la impresora. Si los cartuchos están mal colocados, colóquelos correctamente (ver p. 24). Si los cartuchos se han agotado, reemplácelos por cartuchos nuevos (ver p. 24). En caso de no tener cartuchos nuevos, cómprelos de la misma manera que en el caso previamente mencionado. Si usted es manco y no puede manipular correctamente los cartuchos, pida asistencia a alguien con manos para que le ayude con el proceso. Recuerde que XXX no discrimina a los mancos, aunque estos no puedan imprimir.

e) En la mayoría de los casos, es imposible imprimir si la impresora no está correctamente conectada a su ordenador. Compruebe que el cable que conecta la impresora con su ordenador esté correctamente conectando y funcione adecuadamente. Si no está conectado, conéctelo (ver p. 16). Si no encuentra el cable, recuerde que éste viene incluido en la caja de la impresora. Búsquelo y, cuando lo encuentre, utilícelo para conectar la impresora a su ordenador. Si el cable no funciona correctamente reemplácelo por otro que sí funcione.

f) Recuerde que, así mismo, la impresora no imprimirá si su ordenador está apagado. Compruebe que su ordenador esté encendido. Si no sabe cómo encenderlo consulte con su proveedor de ordenadores o bien con el correspondiente manual de uso. [TIP: está comprobado que en el 90% de los casos basta con oprimir una vez el botón de encendido.] Recuerde que para que su ordenador pueda encenderse, éste, al igual que la impresora XXX, debe estar enchufado a su red doméstica de electricidad.

g) Compruebe que la impresora sea la XXX. Si la impresora no es la XXX es posible que sea de otra marca, por lo tanto de mala calidad y que por ello no imprima. Deberá cambiarla inmediatamente por una impresora XXX. Si comprueba que se trata de la impresora XXX, lea el solucionador de problemas en el manual de uso de la XXX. [TIP: es este mismo que está leyendo en este momento.]

Si el problema persiste, por favor consulte la sección “soluciones avanzadas”.

SOLUCIONES AVANZADAS PARA “La impresora no imprime”.

a) La impresora no imprimirá si está sumergida en algún medio acuoso (como agua de lluvia, escabeche, líquido amniótico etc.). Compruebe que la impresora no esté sumergida en algún medio acuoso. En caso de estarlo, deberá retirar la impresora de dicho líquido, secarla con una o varias toallas y ponerla en un medio libre de líquidos. Si aún así no imprime, compruebe si no la ha vuelto a sumergir nuevamente. Recuerde que si usted es buzo o entrenador de delfines, no podrá emplear la impresora en el trabajo.

b) Se han dado casos en los cuales la impresora no imprime porque está prendiéndose fuego. Compruebe que su impresora no esté prendiéndose fuego. Si está prendiéndose fuego, compruebe si éste proviene de la impresora misma o si se ha originado en otro lugar de la casa. Si proviene de la impresora, utilice un matafuegos para apagar el fuego (ver p. 35). Si comprueba que el fuego proviene de otro lugar de la casa, llame a los bomberos. Si usted o alguno de los miembros de su familia también están prendiéndose fuego, salga corriendo por ahí y grite pidiendo auxilio.

c) Salvo en casas con paneles solares, la impresora no podrá imprimir si su hogar no tiene red de energía eléctrica. En ese caso, consulte con un proveedor del servicio para contratarlo antes de intentar utilizar la impresora. Si usted tiene red de energía eléctrica y se ha producido un corte temporal en el suministro, llame a su proveedor habitual del servicio para quejarse o preguntar porqué no tiene energía eléctrica. Recuerde que hasta que no se reestablezca el suministro normal de energía eléctrica la impresora no podrá imprimir. Si necesita imprimir con urgencia, lleve la impresora a un lugar donde sí haya suministro normal de energía eléctrica. Si no necesita imprimir con urgencia, espere a que se reestablezca el suministro. Si directamente no necesita imprimir nada, no imprima nada [TIP: de todas formas no podría.]. No intente utilizar baterías; recuerde que esta versión de la impresora no incluye la opción de alimentación con baterías. De todas maneras, compruebe que las baterías estén cargadas, ya que si estás están descargadas, la impresora no podrá imprimir correctamente. Recuerde que con baterías cargadas, la impresora tampoco podrá imprimir correctamente.

d) Compruebe que usted esté realmente intentando imprimir y no haciendo otra cosa como, por ejemplo, preparando un pastel. Si usted está preparando un pastel la impresora no imprimirá. Si usted quiere imprimir pero está preparando un pastel, deje de preparar el pastel y vaya a imprimir. Si, en cambio, prefiere seguir preparando un pastel, siga preparándolo. Compruebe que no ha confundido el manual de la impresora con el recetario de pasteles. Si quiere hacer ambas cosas a la vez recuerde que la XXX no ha sido diseñada para imprimir mientras se prepara un pastel. [TIP: no necesariamente debe estar imprimiendo todo el tiempo; elija el momento del día que considere más apto para imprimir.]

e) Recuerde que debido a un problema comprobado de presión atmosférica la XXX no funciona en otros planetas. Si usted se encuentra de viaje en algún otro planeta, no podrá imprimir. Compruebe que está en la Tierra antes de utilizar la impresora. Para ello, basta con intentar respirar. Si puede respirar sin problemas, está en la Tierra; si siente que se ahoga y fallece repentinamente, está en otro planeta. [TIP: en este caso no sirve verificar las constelaciones, ya que éstas tienen la misma forma que en la tierra en cualquier planeta de nuestro sistema solar.] Si quiere imprimir en otro planeta, compre una impresora en una tienda local. Pida un catálogo para ver las ofertas.

f) Es posible que la impresora no esté realmente allí. Compruebe que la impresora esté realmente allí. Para ello puede intentar percibirla con la vista o el tacto en las cercanías de su ordenador [TIP: la impresora XXX no produce sensaciones olfativas excepto en caso de estar prendiéndose fuego, en cuyo caso producirá olor a impresora quemándose. Para más detalles remítase al punto b.] Si la impresora no está realmente allí, no podrá imprimir. Si no la ve o no puede tocarla, seguramente es porque la impresora no está realmente allí. Ésta puede encontrarse en otro lugar de su casa o bien usted nunca compró una impresora. En ese caso, vaya a comprar la impresora para que se haga presente físicamente allí donde usted la necesita.

g) También es posible que usted crea ver la impresora, pero que ésta no esté realmente allí. Compruebe que la impresora esté realmente allí. Para ello, consulte a otra persona y pregúntele si puede él / ella ver la impresora en el mismo lugar que usted la ve. Si esa persona no la ve, es porque allí no hay ninguna impresora. Esta puede encontrarse en otro lugar de la casa o bien usted nunca compró una impresora. Si aún así usted sigue viendo la impresora, consulte a un psiquiatra. Si la otra persona también ve la impresora, vayan juntos. Si son varias las personas que pueden ver la impresora, es probable que se trate de un caso de delirio colectivo, o bien la impresora está realmente allí.

h) Se ha comprobado que, salvo unos pocos casos, los muertos y/o los que aún no han nacido no pueden imprimir. Compruebe que usted no esté muerto o que haya ya nacido. Para ello, pídale a alguien que le tome el pulso. Si éste es igual a 0 pulsaciones por minuto, es posible que esté muerto o bien, que aún no haya nacido. Otras indicaciones de muerte u ontología nonata pueden ser: no existir, no estar respirando, o no tener cuerpo. Compruebe que exista, que respire y que tenga un cuerpo. Aún así, a veces lo que usted cree que está viviendo es en realidad su vida pasando por delante de usted en un segundo mientras se está muriendo. Recuerde que tampoco podrá imprimir mientras está viendo su vida pasar en un segundo mientras está muriendo. Sepa que si usted está muerto y no existe la vida después de la muerte no solo no podrá imprimir con la XXX sino que tampoco podrá leer. En ese caso, es posible que alguien que sí pueda leer tenga que ayudarle a leer este manual.

Si el problema persiste, es posible que la impresora tenga un desperfecto técnico. Llévela a reparar a un service autorizado de XXX o compre una nueva. Recuerde que XXX recomienda impresoras XXX.