Más de una vez le han preguntado a Herminius Watt en qué país le gustaría vivir si no lo hiciera ya en esta habitual - e irresoluta - República Argentina. La mayoría de las veces ha contestado sin mentiras: en Estados Unidos.
Tal respuesta, me comenta, tiende a provocar en sus interlocutores reacciones que pendulan entre la la sorpresa y el rechazo (con sus correspondientes muecas incrédulas). Sorpresa y rechazo que suele comprender con inmediatez, lo cual lo lleva a no defender demasiado su torpe elección para, en cambio, aclarar que ¡claro!, también le gustarían Inglaterra, España, Letonia, Marruecos, Egipto, Singapur, Islas Maldivas, etc.
Tenemos claro que para incorporar una experiencia de vida culta y cool y literata hay que mandarse a Europa (aterrizando en pólis como Amsterdam o Barcelona, más bien, y no en Zürich o Liverpool) ¿Para qué? Para amamantar la modernidad progre de la Unión; para viajar en pulcros trenes bala entre ciudadelas medievales; para comprar vinilos, hablar en lenguas y conocer gente bella al amparo de pintorescas luces.
Si, por el contrario, quisiéramos descubrir las vísceras profundas de una Latinoamérica de la que formamos parte sin tal vez sospecharlo - tan cosmopolitas que somos en B.A. -, nada más exótico que internarse una temporada en Bolivia y Perú (Paraguay nunca va a estar de moda, que nos perdone Saturnino) ¿Y para qué? Para volver - porque de allá volvemos - exclamando que cómo puede ser que estos cholos tomen coca-cola de bolsitas y que se amontonen como animalejos en colectivos maltrechos y que vivan o hablen o huelan así (eso sí: el paisaje, increíble).
Últimamente parece que también otorga mucho status irse a Nueva Zelanda a trabajar de mesero, valet parking o cualquier cosa. Te hacés unos dólares, conocés un país pletórico de animales curiosos, selvas vacías y montañas nevadas, además de que los locales vienen con todas las ventajas primermundistas (hablan inglés, juegan al rubgy, navegan, gente civilizada) sin sus contraindicaciones (no te van a hablar de armas de destrucción masiva, ni del precio del petróleo, además de que son, fundamentalmente, muy pocos).
El último grito de la moda, según entendemos, es Costa Rica. Ni Panamá ni Nicaragua: Costa Rica. Litorales Atlántico y Pacífico a una conveniente hora de distancia; mucha playa, sol y algún que otro chubasco tropical; no mucho más para ver o hacer. Da para fogatas en la arena, escuchar dub en algún bar rústico, fumarse todos los porros del mundo y filosofar sobre la existencia o no de un alma inmortal. Si alguien se puede sacar toda esa modorra de encima, hay un par de junglas para hacer canopy y otras aventurillas turístico-familiares súper espontáneas. Sobre la plebe vernácula y su forma de vida, poco y nada para interesarse. Óptimo.
Y Herminius, ante tanta oferta tentadora, contesta: en Estados Unidos. Tierra de los seres más fóbicos y estresados del planeta; paraíso del consumo épico de huevadas y el coleccionismo de rifles; autores intelectuales del fast-food y el cine pochoclero; factoría de insulsos prejucios; vaticano del culto al propio ombligo; fan-club del anodino libre mercado. Este Herminius debe ser un pelotudo.
Así lo explica él con sus propias palabras: "vos anda a vivir a donde quieras; pero si realmente querés entender el mundo contradictorio en el que vivimos, hay que ir a las fuentes. Y los EEUU son la fuente, el manantial; todas las incongruencias y fabulaciones sobre las que construimos nuestra vida de cada día se encuentran condensadas en ese extraño conglomerado de gente agrupada bajo el administrativo nombre de "Estados Unidos de América" (denominación de la cual los lugareños rescatan el "América", para furia del resto del continente).
No nos engañemos: Estados Unidos, así como lo ven, es una de las mayores potencias culturales del mundo. Y aquí hablamos de cultura "culta" como de cultura popular y masiva. El mismo país que fabrica cantidades incomprensibles de bombas - tantas que a cada rato necesita salir a dejarlas caer por ahí - es el país que parió cineastas como Woody Allen, artistas como Bob Dylan y ensayistas como Susan Sontag. El mismo país repleto de niños obesos que solo comen papas fritas es el país que produjo películas magistrales como "El Padrino", sátiras de culto como "Los Simpsons" y obras musicales seminales como "The Black Saint And The Sinner Lady". El mismo país que nos vende carroña como "American Idol" nos da las películas de David Lynch. El mismo país donde cada tanto algún estudiante sale a los tiros por la facu nos dejó la poesía de Whitman, Elliot y Poe. El mismo país que ve viable construir una muralla en una de sus fronteras (al mejor estilo de la dinastía Ming) es el mismo que le abrió las puertas a inmigrantes de las más variadas procedencias y religiones. El mismo país cuyos habitantes no tienen la menor idea de dónde queda ni qué es Chile - es solo un ejemplo milimétrico - es el que desarrolló los artefactos de información más poderosos de la historia como lo son la televisión e Internet. El mismo país que encolumna un sistema financiero mastodóntico regido por el laissez-faire no duda en nacionalizar todo lo que camine cuando los numeritos se caen. El mismo país que vota a Bush y marcha con él en su cruzada mesiánica, lo condena a la temible mazmorra del papelón. El mismo país que alumbra a Martin Luther King, lo mata.
Y así, sucesivamente.
Este video incómodo, hasta shockeante, da una idea tenebrosa del costado más choto de los Estados Unidos. El republicano John McCain, que basó su campaña en cuestionar el patriotismo y la legitimidad de su rival Obama, se encuentra cara a cara con "la sal de la tierra" que lo va a votar y no puede disimular su disgusto. Es en parte su culpa, cierto, pero si le queda algo de ética e inteligencia, debería odiarse a sí mismo por asociarse a semejante nivel de ignominia. Y la misma nación que mece la cuna de estos renacuajos de inoperante cerebro es la que nos da, oh! tantas cosas.
Un asco. Pero Herminius Watt no tiene dudas: Estados Unidos es un país fascinante.
Tal respuesta, me comenta, tiende a provocar en sus interlocutores reacciones que pendulan entre la la sorpresa y el rechazo (con sus correspondientes muecas incrédulas). Sorpresa y rechazo que suele comprender con inmediatez, lo cual lo lleva a no defender demasiado su torpe elección para, en cambio, aclarar que ¡claro!, también le gustarían Inglaterra, España, Letonia, Marruecos, Egipto, Singapur, Islas Maldivas, etc.
Tenemos claro que para incorporar una experiencia de vida culta y cool y literata hay que mandarse a Europa (aterrizando en pólis como Amsterdam o Barcelona, más bien, y no en Zürich o Liverpool) ¿Para qué? Para amamantar la modernidad progre de la Unión; para viajar en pulcros trenes bala entre ciudadelas medievales; para comprar vinilos, hablar en lenguas y conocer gente bella al amparo de pintorescas luces.
Si, por el contrario, quisiéramos descubrir las vísceras profundas de una Latinoamérica de la que formamos parte sin tal vez sospecharlo - tan cosmopolitas que somos en B.A. -, nada más exótico que internarse una temporada en Bolivia y Perú (Paraguay nunca va a estar de moda, que nos perdone Saturnino) ¿Y para qué? Para volver - porque de allá volvemos - exclamando que cómo puede ser que estos cholos tomen coca-cola de bolsitas y que se amontonen como animalejos en colectivos maltrechos y que vivan o hablen o huelan así (eso sí: el paisaje, increíble).
Últimamente parece que también otorga mucho status irse a Nueva Zelanda a trabajar de mesero, valet parking o cualquier cosa. Te hacés unos dólares, conocés un país pletórico de animales curiosos, selvas vacías y montañas nevadas, además de que los locales vienen con todas las ventajas primermundistas (hablan inglés, juegan al rubgy, navegan, gente civilizada) sin sus contraindicaciones (no te van a hablar de armas de destrucción masiva, ni del precio del petróleo, además de que son, fundamentalmente, muy pocos).
El último grito de la moda, según entendemos, es Costa Rica. Ni Panamá ni Nicaragua: Costa Rica. Litorales Atlántico y Pacífico a una conveniente hora de distancia; mucha playa, sol y algún que otro chubasco tropical; no mucho más para ver o hacer. Da para fogatas en la arena, escuchar dub en algún bar rústico, fumarse todos los porros del mundo y filosofar sobre la existencia o no de un alma inmortal. Si alguien se puede sacar toda esa modorra de encima, hay un par de junglas para hacer canopy y otras aventurillas turístico-familiares súper espontáneas. Sobre la plebe vernácula y su forma de vida, poco y nada para interesarse. Óptimo.
Y Herminius, ante tanta oferta tentadora, contesta: en Estados Unidos. Tierra de los seres más fóbicos y estresados del planeta; paraíso del consumo épico de huevadas y el coleccionismo de rifles; autores intelectuales del fast-food y el cine pochoclero; factoría de insulsos prejucios; vaticano del culto al propio ombligo; fan-club del anodino libre mercado. Este Herminius debe ser un pelotudo.
Así lo explica él con sus propias palabras: "vos anda a vivir a donde quieras; pero si realmente querés entender el mundo contradictorio en el que vivimos, hay que ir a las fuentes. Y los EEUU son la fuente, el manantial; todas las incongruencias y fabulaciones sobre las que construimos nuestra vida de cada día se encuentran condensadas en ese extraño conglomerado de gente agrupada bajo el administrativo nombre de "Estados Unidos de América" (denominación de la cual los lugareños rescatan el "América", para furia del resto del continente).
No nos engañemos: Estados Unidos, así como lo ven, es una de las mayores potencias culturales del mundo. Y aquí hablamos de cultura "culta" como de cultura popular y masiva. El mismo país que fabrica cantidades incomprensibles de bombas - tantas que a cada rato necesita salir a dejarlas caer por ahí - es el país que parió cineastas como Woody Allen, artistas como Bob Dylan y ensayistas como Susan Sontag. El mismo país repleto de niños obesos que solo comen papas fritas es el país que produjo películas magistrales como "El Padrino", sátiras de culto como "Los Simpsons" y obras musicales seminales como "The Black Saint And The Sinner Lady". El mismo país que nos vende carroña como "American Idol" nos da las películas de David Lynch. El mismo país donde cada tanto algún estudiante sale a los tiros por la facu nos dejó la poesía de Whitman, Elliot y Poe. El mismo país que ve viable construir una muralla en una de sus fronteras (al mejor estilo de la dinastía Ming) es el mismo que le abrió las puertas a inmigrantes de las más variadas procedencias y religiones. El mismo país cuyos habitantes no tienen la menor idea de dónde queda ni qué es Chile - es solo un ejemplo milimétrico - es el que desarrolló los artefactos de información más poderosos de la historia como lo son la televisión e Internet. El mismo país que encolumna un sistema financiero mastodóntico regido por el laissez-faire no duda en nacionalizar todo lo que camine cuando los numeritos se caen. El mismo país que vota a Bush y marcha con él en su cruzada mesiánica, lo condena a la temible mazmorra del papelón. El mismo país que alumbra a Martin Luther King, lo mata.
Y así, sucesivamente.
Este video incómodo, hasta shockeante, da una idea tenebrosa del costado más choto de los Estados Unidos. El republicano John McCain, que basó su campaña en cuestionar el patriotismo y la legitimidad de su rival Obama, se encuentra cara a cara con "la sal de la tierra" que lo va a votar y no puede disimular su disgusto. Es en parte su culpa, cierto, pero si le queda algo de ética e inteligencia, debería odiarse a sí mismo por asociarse a semejante nivel de ignominia. Y la misma nación que mece la cuna de estos renacuajos de inoperante cerebro es la que nos da, oh! tantas cosas.
Un asco. Pero Herminius Watt no tiene dudas: Estados Unidos es un país fascinante.
11 comentarios:
El ser humano está amasado en contradicción. Y si se habla tanto de USA entre los seres humanos, por algo ha de ser.
Atte: Juan Ramón Velázquez Mora.
Atte: Juan Ramón Velázquez Mora.
En qué marco se da la escena del video?
Saludos.
(Totalmente de acuerdo.)
JAJAJAJAJAJA me dolió la hipocresía de ese idiota... qué herramienta más pobre!
Te olvidaste del blues: Stevie Ray Vaughan, de BB King, de Ray Charles.
Te olvidaste de Seinfeld. Para la comedia por ejemplo, toda la parodia de la basura en la que nadan es precisamente la herramienta más valiosa.
Hace falta tener alma de heroe, un estudioso con una alta capacidad de sacrificio para decidir zambullirse en ese mar de contradicciones.
Yo, no podría hacer eso...no podría resistirlo.
Saludos.
Perdón???? Todavía creemos que EEUU "nos da" algo????
Ah sí, qué tarada! Nos da recetas económicas neoliberales para aplicar al pie de la letra porque si no tu país se va a la mierda, nos da medidoras de riesgo que no te dejan pasar una (es más, hasta te inventa errores) cuando esas mismas compañías están más en rojo que mi billetera, nos da Mc'Donalds, Wall Mart, Blockbuster y Starbucks para saber lo que es el bien vivir y el buen tomar y el buen mirar películas en DVD mientras todos los comercios nacionales a su alrededor quedan en la ruina por el aparato fenomenal de marketing que también nos da, nos da hegemonía dominante, moneda exclusiva para el comercio internacional, nos da Chicago para apuntar cuál es el precio que tienen que tener nuestros productos de exportación, nos da Cuba, Israel, Medio Oriente, Colombia, Africa y todos los focos posibles de hambruna, miseria, fanatismo bélico y narcotráfico. Y la lista es tan tan larga que podría pasarme todo el día citando ejemplos, pero me parece mejor que los piense cada uno en la soledad de sus momentos reflexivos (en la ducha o en el inodoro). Mientras tanto yo no salgo de mi asombro por dos cosas: primero, ojalá algún día dejemos de vernos a nosotros mismos con esa mirada exótica y extrañada que EU también nos da para entender lo pintoresco que es Latinoamérica. Y segundo, espero que empecemos a pensar en serio que nadie nos da nada, menos EU que tiene historial de imponer su cultura, su economía y su unilateral sentido de la democracia.
y a ver si en una situación similar salimos a escribir odas sobre nuestro propio país?
Dante: no sé exactamente en qué contexto se dio, pero parece claro que es uno de estos mitines / convenciones de campaña no?
Niña: con tu rústico compendio de clichés podés hacer un lindo panfleto para repartir semanalmente en la facu. La intención de mi "oda" era justamente obviar las críticas obvias que todos sabemos de memoria (¿EEUU es un imperio? Gracias por sugerirlo che, no lo había pensado) y mencionar ciertas contradicciones internas de su cultura. De todas maneras semejante diatriba de parte de alguien que escucha a No Doubt, mira Sex & The City y se devora la obra de Allen no deja de ser un GRAN ejemplo de lo que quise trasmitir. Pero veo que tus perspectivas son las mismas de las elecciones en EEUU: o blanco o negro.
(Jaja, perdón; un chiste malo se le escapa a cualquiera.)
PD: sobre "la mirada éxotica", si lees de vuelta con el modo ironía "on", vas a ver que estamos de acuerdo. Y si querés una "oda" a la Argentina, pero en serio, te recomiendo Adán Buenosayres para leer en el verano.
Saludos.
El sistema educativo de Estados Unidos construye una elite cultural y científica que es un islote en medio de un mar de ignorancia. Si no fíjense: los mejores científicos salen de allí, mientras el 50% de la población cree en la chantada del "diseño inteligente", o no sabe dónde queda Candadá (?). Es que el país más poderoso del mundo necesita montones de técnicos, estudiosos, investigadores, etc. etc., todos bien formados, para mantener su maquinaria funcionando, pero a las masas es mejor mantenerlas lo más brutas posibles para que no vean todos los engaños diarios sobre los que la maquinaria se sostiene. Es lógico en ese contexto que el país tenga esas contradicciones. Tipos brillantes, creativos, informados, lo que quieras... en medio de un mar de estupidizados, que generalmente odian a esas elites, que tienen una repulsión absoluta hacia todo lo que suena a "intelectual", que para ellos significa "chanta", sobre todo si dice algo en contra del set de valores con el que les formatearon el cerebro desde chicos. A Chomsky lo odian, a todos los demócratas más o menos progres también (aunque a veces algunos se lo merecen).
En Europa, en cambio, si bien también no faltan los intelectualoides mentirosos y pseudoprogres, la educación básica es más decente que en USA, y aunque las elites a veces no sean tan brillantes, la población tampoco es tan estúpida, y no se le puede mentir tan fácil. La guerra de Irak suena a mentira y no a patriotismo y defensa de los valores occidentales y cristianos frente al satánico terrorismo internacional cuando Blair la impulsa, a diferencia de cuando la impulsa Bush, y la iglesia no está tocando las puertas de las escuelas para vender oscurantismo.
Tiene sus bemoles el tema. Hay que rescatar los aspectos positivos que brindan esas elites al mismo tiempo que se rechaza (y, por qué no, se intenta ayudar a terminar) el desastre que genera el imperio al que esas elites pertenecen en el mundo.
Embobarse con las elites y por eso babearse con el imperio, y llenarse de odio hacia lo que hace el imperio y por eso odiar los aspectos positivos de su cultura que deberíamos aprovechar, son dos reacciones mecánicas y, aunque opuestas, ambas tontas.
Saludos.
Es bueno tu aporte Nacho, al profundizar sobre el problema que quise plantear. Aunque suena mucho a teoría conspirativa, tal vez esa sea la forma en la que funciona un imperio, con un séquito de burros obsecados y una minoría de mentes brillantes. No por mucho que se ha repetido en los medios me deja de llamar la atención cuán importante para esa gente (y no necesariamente los más básicos que dicen que Obama es árabe) son "el patriotismo" y "la familia" y "creer en Dios" a la hora de votar, cosas que acá a pocos se le ocurriría plantear en un debate presidencial.
Entonces no nos tenemos que ir a estados unidos, en tal caso a nueva york. Estoy totalmente de acuerdo con nacho, no creo que sea una simple teoria conspirativa. Muy bueno el post, ahora te tengo que tirar rosas por que a la niña santa le diste con planchazos, no seas tan reaccionario fedeferrrrrrr
Planchazos reaccionarios decís? jaja no. El mismo furor con el que me comentó ella, ni más ni menos. Espero no tener que aclarar otra vez que el post no es una "oda" a EEUU sino una manifestación de curiosidad o perplejidad ante ciertas cuestiones que se me plantean cuando veo videos como ese. Gracias por tus rosas igual M.
In God We Trust
ja.
Excelente posteo
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