Desprecio con rústica afabilidad a quienes solo perciben el negro o el blanco y cuyo discurso es tan afecto a dictámenes rotundos del tipo 'use y tire'. Su aversión al análisis (o al fundamento) los condena - gran paradoja - a una alarmante viceversa entre ambos pigmentos, según dónde apunten las giraldas en el muy contextual día de hoy. Pero aún antes he acabado despreciando mis propios escrúpulos; mi adicción al relativismo que incuba un cambalache de desmesuradas contingencias. Lo que me maravilla de estos dos abordajes es que, embusteramente antagónicos, sus prédicas versan en torno al mismo axioma: no tener nada en claro. Uno porque se apresura en la definición, otro porque la demora eternamente. Creo que, de camino a la felicidad, es hora de preguntarme dónde está el punto intermedio entre el gris y el negro; entre el gris y el blanco.
imagen: beccar
1 comentario:
¿La frase "Todas las verdades son relativas" es una verdad absoluta o una verdad relativa?
Si es una verdad absoluta, entonces la frase es falsa, pues no todas las verdades son relativas.
Si no, entonces es relativo que todas las verdades son relativas, luego alguna verdad absoluta debe haber.
Resuelvan la paradoja, ¡pendejos!
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